Las tropas rusas ingresaron este lunes en la ciudad de Severodonetsk, en la provincia de Lugansk, al este del país, según confirmó Serhi Gaidai, gobernador ucraniano de la región. Los combates ahora se están librando en las calles de la ciudad, que es la más grande de Lugansk que todavía permanece en manos ucranianas y que se ha convertido en el foco de la ofensiva de los rusos en los últimos días.

De acuerdo a lo que informó la agencia Reuters, Gaidai explicó que los invasores “utilizan las mismas tácticas una y otra vez. Bombardean durante varias horas y luego atacan”.

Entrada la noche ucraniana y en su habitual discurso televisado, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, se refirió a la toma de Severodonetsk como “una tarea fundamental para los ocupantes” y dijo que el ejército defensor está haciendo todo lo posible para detener el avance enemigo. “Alrededor de 90% de los edificios de la ciudad están dañados. Más de dos tercios de las viviendas de la ciudad han sido completamente destruidas”, informó Zelenski.

Las informaciones de los últimos días están mostrando que claramente Rusia está imponiendo su fuerza en el Donbás, pero está claro que la ofensiva no se detendrá en esa región del territorio ucraniano, sino que proseguirá.

De todas maneras, y en un cambio de postura o al menos un claro mensaje de hasta dónde va a llegar su ayuda, el presidente estadounidense, Joe Biden, manifestó este lunes que Estados Unidos no suministrará a Ucrania cohetes que puedan llegar a Rusia, en un intento de aliviar las tensiones con Moscú. Washington evaluó los persistentes pedidos de Ucrania de sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple (MLRS, por su sigla en inglés) para poder contrarrestar el uso cada vez más efectivo de artillería de largo alcance por parte de Moscú, en medio de advertencias rusas de que de hacerlo cruzaría una línea roja.

“No vamos a enviar a Ucrania sistemas de cohetes que puedan atacar a Rusia”, dijo Biden a los periodistas el lunes durante una conferencia de prensa en la Casa Blanca.

El MLRS de fabricación estadounidense tiene muchas variedades, que a su vez utilizan diferentes tipos de municiones. El alcance más largo puede disparar misiles hasta a 300 kilómetros de distancia, pero otros usan cohetes con alcances más cortos, de 30 a 60 kilómetros.

Mientras esto fue una mala noticia para Ucrania, una buena fue que la Unión Europea (UE), después de horas de largas negociaciones, logró llegar a un acuerdo para prohibir más de dos tercios de todas las importaciones de petróleo ruso.

La prohibición, que el presidente Zelenski pidió con insistencia a los líderes de la UE como muestra de unidad contra Rusia, fue fuertemente resistida por Hungría. Los compromisos anteriores incluían la exención del embargo de la UE al petróleo ruso transportado a través del oleoducto Druzhba, fabricado durante la era soviética, que transporta el hidrocarburo a Hungría, República Checa y Eslovaquia.

Si bien la prohibición ejercerá la “máxima presión sobre Rusia para que termine la guerra”, como manifestó el belga Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, en Twitter, esta medida probablemente también resulte en un aumento en los precios del gas, ya altos en toda Europa debido a la fuerte dependencia del petróleo ruso.

También este lunes se produjo la anunciada conversación telefónica entre el presidente ruso, Vladimir Putin, y su homólogo turco, Recep Tayyip Erdogan.

Según informó el Kremlin en un comunicado publicado tras el diálogo entre los dos líderes, Putin le pidió a Erdogan que Turquía ejerza un papel de mediación para desbloquear el transporte marítimo por el mar de Azov y el mar Negro, “incluida la exportación de granos desde los puertos ucranianos”, un tema que ha estado en la agenda desde hace algunas semanas.

Por su parte, Erdogan ofreció que la ciudad de Estambul sea escenario para la reanudación de las negociaciones de paz entre las partes rusa y ucraniana. El mandatario turco dijo además que él mismo y otras autoridades de su país están preparados para desempeñar un papel de observación en una hipotética reunión entre Rusia y Ucrania, que además contaría con la presencia de representantes de la Organización de las Naciones Unidas.