Milton Ribeiro, pastor evangélico y exministro de Educación de Jair Bolsonaro, fue detenido el miércoles por sospechas de que cometió actos de corrupción cuando estaba al frente de la cartera. Aunque en su momento el presidente de Brasil había insistido en que ponía “la cara en el fuego” por Ribeiro, este miércoles le soltó la mano a su exministro. “Que responda por sus actos. Pido a Dios que no tenga problemas, pero si hubiera alguno, la Policía Federal está actuando”, dijo el mandatario.

La denuncia contra Ribeiro motivó que en abril se lo apartara del cargo. En ese momento se difundió un audio que obtuvo el diario Folha de São Paulo en el que Ribeiro decía: “Mi prioridad es atender, primero, a los municipios que más lo necesitan, y segundo, a todos los amigos del pastor Gilmar”. Agregaba además que ese era un “pedido especial” del “presidente de la República”.

Los pastores Gilmar Santos y Arilton Moura también fueron detenidos por la Policía, acusados de participar en la trama de corrupción. Según informó la prensa brasileña en abril, varios alcaldes los acusaban de haberles pedido coimas a cambio de asignarles a sus ciudades recursos del ministerio. Solían recibir a los alcaldes en un hotel en el que negociaban esos fondos.

Se supo también que Santos y Moura visitaron la sede del gobierno una treintena de veces. Pero la presidencia de Brasil decidió que el contenido de esas visitas quedara bajo secreto por 100 años, alegando razones de seguridad.

El senador opositor Randolfe Rodrigues, del partido ecologista Rede, promovió la instalación de una comisión parlamentaria para investigar esta trama, y allí se recibió el testimonio de varios de los involucrados. Al dar el suyo, Ribeiro negó haber autorizado a los pastores a negociar en nombre del ministerio. En cambio, alcaldes ratificaron lo publicado en la prensa acerca de los pedidos de coimas.

Según informó la agencia Efe, Rodrigues dijo que además de coimas, los pastores ofrecían a los alcaldes ejemplares de la Biblia impresos por el Ministerio de Educación. Esos ejemplares tenían entre sus páginas interiores fotos del entonces ministro Ribeiro.

La detención de Ribeiro, Santos y Moura fue dispuesta por un juzgado del distrito federal de Brasilia que investiga delitos como corrupción y tráfico de influencia. El caso fue iniciado por el Supremo Tribunal Federal cuando Ribeiro todavía era ministro, y una vez que fue apartado del cargo pasó a un juzgado de primera instancia. Según un comunicado de la Policía Federal, la operación fue denominada “Acceso Pago” y busca “investigar la práctica de tráfico de influencia y corrupción para liberación de recursos públicos del Fondo Nacional de Desarrollo de Educación, vinculado al Ministerio de Educación”.

De acuerdo con la revista Carta Capital, Bolsonaro dijo el miércoles sobre este caso: “Tengo 23 ministros, más un centenar de secretarios, más de 20.000 cargos en comisión. ¿Si alguien hace algo equivocado me van a echar la culpa a mí?”.

Esta detención es una mala noticia para la campaña por la reelección de Bolsonaro, como también lo es una nueva encuesta de PoderData divulgada este miércoles, según la cual la diferencia en intención de voto con su principal rival, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, aumentó a 17% para la segunda vuelta. En el sondeo Lula aparece con 52% de intención de voto frente al 35% del actual presidente.

En cuanto a la primera vuelta, la encuesta atribuye a Lula un respaldo de 44% frente a 34% de Bolsonaro. Los siguen Ciro Gomes, del Partido Democrático Laborista, con 6%, André Janones, de Avante, con 2%, y Simone Tebet, del Movimiento Democrático Brasileño, con 1%, y Luciano Bivar, de Unión Brasil, también con 1%.