En la noche del lunes 50 personas fueron encontradas muertas y al menos 16 heridas dentro de un camión de carga que estaba estacionado en la ciudad de San Antonio, en el estado de Texas, a aproximadamente 250 kilómetros de la frontera entre México y Estados Unidos. Las autoridades de ambos países investigan la situación como un posible caso de trata de personas debido a que la mayoría eran migrantes provenientes de México y algunos países de América Central.

El presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, informó el martes en la habitual conferencia de prensa que brinda cada mañana que “al menos 22 mexicanos están entre los 50 migrantes muertos” y especificó: “Hasta ahora son 50 los fallecidos, 22 de México, siete de Guatemala, dos de Honduras y 19 todavía sin información sobre su nacionalidad”.

Según reportó la cadena BBC, el camión fue encontrado en una zona poco transitada cerca de una vía de tren en el suroeste de San Antonio. Varios equipos de emergencia llegaron al lugar después de recibir una llamada de emergencia durante la tarde del lunes.

“Un trabajador de uno de los edificios aquí atrás escuchó un grito de ayuda. Salió a investigar, encontró un remolque con las puertas entreabiertas, las abrió para mirar y encontró varias personas fallecidas adentro”, explicó durante una rueda de prensa desde el lugar el jefe de la Policía de San Antonio, William McManus. El funcionario agregó que por el momento había tres personas detenidas, aunque todavía no está claro qué rol tuvieron en los hechos.

Por su parte, el jefe del Departamento de Bomberos de San Antonio, Charles Hood, dijo en el lugar que las personas murieron de agotamiento y exceso de calor dentro del camión y remarcó que el vehículo no tenía aire acondicionado. Las víctimas estaban “calientes al tacto”, expresó Hood, quien informó también que los sobrevivientes, entre los que había cuatro menores de edad, no parecían tener acceso a agua y estaban demasiado debilitados para poder salir del camión por sus propios medios.

El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, aclaró a primera hora del martes en un mensaje en su cuenta de Twitter que el tráiler encontrado con los muertos y heridos tenía matrículas de Estados Unidos, “superpuestas para circular sin revisión. Muy probable autoría de tratantes”.

Según informó el portal mexicano Animal Político, horas más tarde Ebrard publicó otro mensaje en el que comunicó que había hablado con el fiscal general, Alejandro Gertz, quien le dijo que la Fiscalía General de la República (FGR) abrirá una indagatoria por hechos ocurridos en México que podrían estar relacionados con la localización del vehículo en San Antonio. De acuerdo con Ebrard, un equipo de la FGR partirá hacia la ciudad texana para comenzar su investigación.

También atribuyó la tragedia a las redes de traficantes de personas el presidente estadounidense, Joe Biden, quien desde Madrid, donde se encuentra para participar en la cumbre de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, emitió un comunicado. “Este incidente subraya la necesidad de luchar contra la multimillonaria industria criminal que abusa de los migrantes y conduce a la muerte a demasiados inocentes”, expresó el mandatario estadounidense, en el texto publicado por la Casa Blanca. “Explotar a personas vulnerables con fines de lucro es vergonzoso”, agregó Biden, quien prometió que su gobierno “seguirá haciendo todo lo posible para impedir que los contrabandistas y traficantes de personas se aprovechen de las personas que intentan entrar a Estados Unidos”.

Por su parte, el gobernador de Texas, el republicano Greg Abbott, le achacó la responsabilidad del hecho justamente al presidente de Estados Unidos. “Estas muertes hay que atribuírselas a Biden. Son el resultado de su política asesina de fronteras abiertas”, afirmó el jerarca conservador, según consignó France 24.