Severodonetsk y su ciudad vecina Lisichansk continúan siendo el blanco de intensos bombardeos rusos, a medida que Moscú está cada vez más cerca de conquistar el último foco de resistencia en el óblast de Lugansk, situado en el sureste de Ucrania, que junto al de Donetsk conforman la región del Donbás.

Funcionarios ucranianos citados por agencias internacionales manifestaron que los próximos días serán decisivos en los intentos rusos para tomar definitivamente Severodonetsk, a medida que crecen los temores del gobierno de Volodímir Zelenski de que los avances rusos puedan envolver todo el sur del país. Actualmente las fuerzas rusas controlan todo Severodonetsk, con la excepción de la planta química Azot, donde se esconden unos 500 civiles ucranianos y un número no determinado de efectivos armados.

Pero la ofensiva rusa también se está haciendo sentir en otras regiones ucranianas. Este miércoles cinco mujeres murieron en la aldea de Pryshib, en el óblast de Járkov, en el noreste de Ucrania, pegado a la frontera con Rusia, en el marco de una serie de intensos bombardeos sobre la región. Según informó el medio ucraniano Euromaidan Press, alrededor de 900 civiles fueron asesinados por ataques rusos en el óblast de Járkov desde que comenzó la invasión, hace cuatro meses.

También el miércoles autoridades locales reportaron ataques en el óblast de Mikolaiv, en el sur del país, al oeste de Jersón, donde al menos una persona murió debido a las incursiones de la artillería rusa.

Pero además de estar centrado en el campo de batalla, Rusia también está siendo muy activo en el aspecto diplomático y en ese sentido el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, se encuentra por estos días en Irán, con la intención de ampliar la cooperación entre las dos naciones impactadas por las sanciones occidentales.

“En todos los países que experimentan la influencia negativa de la línea egoísta de Estados Unidos y sus satélites surge la necesidad objetiva de reconfigurar sus relaciones económicas para evitar depender de los caprichos de nuestros socios occidentales”, dijo Lavrov en un video publicado por la cancillería rusa.

Según recordó la cadena panárabe Al Jazeera, mientras Moscú se mantiene desafiante ante las sanciones occidentales, el gobierno teocrático iraní está pugnando por estabilizar la economía del país que se vio fuertemente resentida desde que se reimpusieron las sanciones estadounidenses en 2018, luego de que Washington se retirara del acuerdo nuclear que tenía con la nación persa durante el gobierno de Donald Trump.

“Durante la visita de Lavrov, se discutirá el acuerdo nuclear de Irán de 2015, el impulso de la cooperación bilateral y energética, así como temas internacionales y regionales”, informaron medios estatales iraníes. En la misma línea el Ministerio de Relaciones Exteriores del país islámico dijo el lunes que la visita de Lavrov tenía como objetivo “ampliar la cooperación con la región de Eurasia y el Cáucaso”.

La agencia estatal de noticias de Irán, IRNA, dijo que Lavrov se reuniría este jueves con su homólogo iraní, Hossein Amirabdollahian.

Helsinki alerta y un Plan Marshall para Ucrania

Mientras espera que se levante el veto turco para permitir su ingreso en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), Finlandia se mantiene alerta ante un eventual ataque ruso. A propósito de esto, este miércoles el comandante de las Fuerzas Armadas finlandesas, Timo Kiniven, expresó que su país se preparó “durante décadas para un ataque ruso” y que si llegase a producirse “ofrecería una firme resistencia”. Kiniven, en declaraciones recogidas por AFP, explicó que Helsinki tiene acumulado un considerable arsenal. “Pero, más allá del equipo militar, un factor crucial es que los finlandeses estarían motivados para luchar”, aseguró el alto mando militar nórdico.

La situación actual en Ucrania es motivo de preocupación internacional, pero también lo es su futuro. Sobre ese tema se manifestó el canciller alemán, Olaf Scholz, quien afirmó que el país necesitará muchísimos recursos para la reconstrucción luego de que termine la guerra y afirmó que la tarea tendrá que ser afrontada por “generaciones”. Recordando la iniciativa que tuvo Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial de contribuir a la reconstrucción de Europa occidental, Scholz dijo que había invitado al presidente ucraniano, Zelenski, a participar en la cumbre del G7 que empezará el fin de semana, para empezar a analizar “cómo sería un ‘Plan Marshall’ para Ucrania’”.

Si bien la Unión Europea ya destinó miles de millones de euros para Ucrania, el país necesitará muchos más miles de millones en los años venideros, dijo Scholz. De acuerdo a lo que informó la agencia DPA, el mandatario alemán dijo que las necesidades financieras de Kiev únicamente podrán solventarse con la participación de organismos internacionales y grandes países donantes.