El primer ministro del gobierno interino de Afganistán, Hassan Akhund, celebró este lunes en un comunicado la “gran victoria” que llevó a los talibanes al poder hace exactamente un año, cuando las tropas de Estados Unidos se retiraron del país. Según informó la agencia de noticias Efe, Akhund llamó al mundo a “reforzar sus relaciones con el Emirato Islámico (como se autodenomina el gobierno afgano)” y agregó: “No somos una amenaza para ningún país”.

En cuanto a la población afgana, dijo que “toda la nación debería apreciar y dar gracias por esta gran victoria que liberó a nuestro país de la ocupación, la guerra y el desastre”.

El aniversario fue conmemorado también en una ceremonia en Kabul a la que concurrieron altas autoridades afganas. Una de ellas, el viceprimer ministro, Abdul Salam Hanafi, dijo que “para la nación de combatientes este es un día de orgullo” frente a quienes “vendieron el país” a “los invasores”.

Otro signo de la conmemoración fue un despliegue inusual de patrullas de las fuerzas de seguridad en Kabul y otras ciudades del país, informó la agencia. Dos días antes, el sábado, las fuerzas de seguridad habían dispersado con disparos una manifestación de mujeres afganas que reclamaban por sus derechos a la educación y al trabajo.

Una de las políticas más criticadas del régimen talibán fue la decisión de cerrar las escuelas para las adolescentes de 12 a 18 años. Si bien las nuevas autoridades afganas habían prometido reabrir esas escuelas una vez que se “adaptaran” los contenidos a la ley islámica, llegado el momento no lo hicieron.

“La decisión [...] fue alarmante y profundamente decepcionante”, señaló este lunes Unicef. “No sólo violó el derecho fundamental de las niñas a la educación, también las expuso a un mayor nivel de ansiedad y un mayor riesgo de explotación y abusos, incluyendo la trata infantil y el matrimonio precoz y forzoso”, dijo el representante de Unicef en Afganistán, el maliense Mohamed Ayoya.

Unicef agregó en esa declaración que “Afganistán perderá potencialmente 5.400 millones de dólares en ingresos si el país no consigue educar a las niñas para que completen la educación secundaria”.

Pero las críticas no se limitan a esa acción. En julio, la misión de las Naciones Unidas en Afganistán (Unama) advirtió contra la pérdida de derechos humanos que ha sufrido el país en el último año. “Nuestro seguimiento revela que a pesar de la mejora de la situación de seguridad desde el 15 de agosto [de 2021], la población de Afganistán, en particular las mujeres y las niñas, se ven privadas del pleno disfrute de sus derechos humanos”, señaló un informe firmado por el representante especial de la Unama, el alemán Markus Potzel. “Relegar a mujeres y niñas al hogar niega a Afganistán el beneficio de las importantes contribuciones que tienen para ofrecer”, señaló.

Por entonces, la Unama contabilizó además 700 muertes y 1.406 civiles heridos en ataques lanzados por el grupo yihadista Estado Islámico contra minorías étnicas y religiosas desde el regreso del Talibán al poder. Reportó también violaciones a los derechos humanos como “ejecuciones extrajudiciales de personas acusadas de pertenecer a grupos armados, así como castigos crueles, inhumanos y degradantes y ejecuciones extrajudiciales de personas acusadas de delitos morales”.

A su vez, la organización Amnistía Internacional también evaluó el lunes el tiempo de los talibanes en el poder en Afganistán, en un documento titulado “Un año de violencia, impunidad y falsas promesas”. Allí se refiere a “flagrantes violaciones de los derechos humanos” por parte del régimen. “No debemos quedarnos de brazos cruzados, mirando mientras colapsan los derechos humanos de toda una población. Una respuesta internacional firme, significativa y unida es la única esperanza de poner fin a la pesadilla que el pueblo afgano soporta desde hace ya un año”, afirmó la india Yamini Mishra, directora regional de Amnistía Internacional para Asia meridional.

En su informe reporta detenciones ilegales y torturas a personas que incumplen edictos de las actuales autoridades o a las que acusan de haber trabajado para el gobierno anterior. También advierte sobre la persecución de minorías y desalojo forzado de sus casas y tierras.

Por su parte, la Unión Europea condenó este lunes, en un comunicado de su Servicio Europeo de Acción Exterior, los abusos “institucionalizados y sistémicos” de los derechos humanos en Afganistán y denunció “ejecuciones extrajudiciales, detenciones y encarcelamientos arbitrarios, tortura, malos tratos e intimidación”.

El principal portavoz de los talibanes, Zabiullah Mujahid, afirmó el lunes durante los actos de conmemoración que los reportes de violaciones de los derechos humanos y de las mujeres “no son correctos”.