Alrededor de 200.000 ciudadanos ucranianos civiles, en su mayoría niños, mujeres y ancianos, comenzaron a ser evacuados de forma obligatoria de los territorios situados en el óblast (provincia) de Donetsk que todavía están bajo dominio de los ucranianos.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, había instado a estos pobladores a dejar la zona hace tres días, pero al notar que buena parte de la gente se negaba a abandonar sus hogares, el gobierno decidió sacar a las personas de manera forzosa para evitar pérdidas humanas, en una zona que se prevé que será escenario de durísimos enfrentamientos, a medida que los rusos sigan avanzando en su objetivo de conquistar la totalidad de dicha región situada en el sureste del país.

“Ha comenzado la evacuación obligatoria de la región de Donetsk. El primer tren llegó a Kropyvnytskyi esta mañana. Mujeres, niños, personas mayores, muchas personas con movilidad reducida. Todos fueron recibidos e instalados, todos recibieron ayuda”, escribió este martes la vice primera ministra ucraniana, Iryna Vereschuk, en su cuenta de Telegram. Vereschuk, que también es titular del Ministerio de Reintegración de Territorios Temporalmente Ocupados, acompañó su publicación con fotos de personas evacuadas subiendo a un tren que los transportaría a una zona segura.

De acuerdo a lo que informó Efe, el inicio de la evacuación se produjo un día después del anuncio de un nuevo paquete de ayuda militar estadounidense por un monto de 550 millones de dólares, que incluye 75.000 proyectiles para obuses de 155 milímetros y nuevos sistemas de cohetes de artillería de alta movilidad, más conocidos como Himars por sus siglas en inglés. Este dispositivo permite lanzar misiles balísticos desde la parte trasera de un camión, lo cual posibilita una alta movilidad en el teatro de operaciones.

Un día antes del anuncio del envío de este armamento, el lunes, el ministro de Defensa ucraniano, Oleksyi Réznikov, informó de la llegada al país de otras lanzaderas múltiples de cohetes de fabricación alemana.

Según el mando militar ucraniano, la artillería y los cohetes de largo alcance son la clave para cortar las líneas de suministro de las tropas rusas, paso previo a una contraofensiva, sobre todo en la región de Jersón, en el sur del país, al norte de Crimea. Esta idea del Ejército ucraniano parece ser una apuesta por demás ambiciosa, dada la enorme superioridad rusa en el terreno.

Pero pese al dominio ruso, las lanzaderas Himars son una herramienta sumamente valiosa para el Ejército ucraniano, y por ello el tema fue motivo de declaraciones de jerarcas rusos. El portavoz del Ministerio de Defensa del Kremlin, el teniente general Ígor Konashénkov, dijo este martes que la aprobación de Washington de cada objetivo de los ataques ucranianos con este armamento demuestra que Estados Unidos está directamente involucrado en el conflicto, a pesar de las afirmaciones contrarias de la Casa Blanca y el Pentágono.

Konashénkov citó unas declaraciones del jefe del Departamento Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa de Ucrania, el general Vadim Skibitski, quien en una entrevista con el diario británico The Daily Telegraph afirmó que las agencias de inteligencia de Ucrania y Estados Unidos estaban en contacto antes de cada ataque con las lanzaderas Himars, por lo que Estados Unidos tiene la palabra final para detener cualquier incursión si no está de acuerdo con el objetivo previsto.

“Todo esto prueba de manera convincente que, contrariamente a lo que aseguran la Casa Blanca y el Pentágono, Washington está directamente involucrado en el conflicto de Ucrania”, afirmó Konashénkov, en declaraciones que fueron recogidas por la agencia oficial rusa TASS.