El director del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), el argentino Rafael Mariano Grossi, informó este jueves tras su primera visita a la central nuclear de Zaporiyia que la integridad de las instalaciones fue dañada.

La integridad física de la planta –ocupada por los rusos, pero que continúa siendo operado por personal ucraniano– “ha sido violada”, manifestó Grossi ante los medios de prensa que lo entrevistaron en un punto de control ucraniano ubicado a pocos kilómetros de la planta.

“Las cosas clave que necesitaba ver las he visto, y las explicaciones que recibí fueron muy claras. Así que continuaremos nuestro análisis. Hoy hemos conseguido algo muy importante, y es que el OIEA se va a quedar aquí. Que el mundo sepa que el OIEA se queda en Zaporiyia”, agregó el diplomático argentino de 61 años, cuyas declaraciones fueron consignadas por AFP.

La planta está ubicada en las cercanías de la localidad de Energodar, en el límite del área ocupada por los rusos en la región homónima, que no incluye su capital, también llamada Zaporiyia, que sigue en poder de Ucrania. En las últimas semanas, los combates se intensificaron en la región, mientras rusos y ucranianos se acusan mutuamente de atacar lugares cercanos a la central nuclear, que es la más importante de Europa.

Mientras los rusos afirmaron haber derribado en las últimas horas un dron militar de Kiev en la zona, los ucranianos afirman que Moscú utiliza la planta como escudo para disparar contra sus posiciones.

En sus declaraciones a la prensa, Grossi evitó decir de qué lado provinieron los ataques que dañaron las instalaciones de la planta. Lo que sí se sabe es que desde el inicio de la guerra la central tenía únicamente en funcionamiento dos de sus seis reactores, y uno de ellos fue cerrado este jueves, algo que la empresa nuclear estatal ucraniana Energoatom calificó de “actividad terrorista” por parte de los rusos.

En medio de los continuos ataques a la zona, la misión de los expertos del OIEA es clara: intentar evitar un accidente nuclear cuyas consecuencias podrían ser devastadoras en la región, ubicada en el sur de Ucrania, al norte de la península de Crimea, territorio ocupado por los rusos en 2014.

“Me preocupé, me preocupo y me seguiré preocupando por la central hasta que consigamos una situación más estable, más controlable. Es obvio que la planta y la integridad física de las instalaciones fueron dañadas varias veces, ya sea de forma casual o deliberada”, amplió Grossi. Ante la pregunta de las periodistas, Grossi respondió sobre cómo se encuentran los trabajadores ucranianos que están a cargo del funcionamiento de la planta.

“Están en una situación difícil, pero, aun así, mantienen un nivel de profesionalismo increíble. Los vi tranquilos y siguen adelante”, afirmó Grossi, quien finalizó su contacto con los medios diciendo que su trabajo “no ha hecho más que empezar”.

El director del organismo de la ONU explicó que un grupo de inspectores permanecerá hasta el domingo o el lunes en la planta para seguir evaluando la situación. Además, añadió que el OIEA tiene la intención de “establecer una presencia continua” en la planta más allá de esa fecha.

El jefe de la administración de la ciudad de Energodar, Alexandr Volga, comunicó que entre ocho y 12 miembros de la misión permanecerían en la planta, según consignó la agencia rusa Sputnik. Por su parte, la compañía ucraniana Energoatom informó que en la central “se encuentran cinco representantes de la misión del OIEA que descargan el equipo que trajeron y continuarán trabajando en la estación”.