Paralelamente a la celebración de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), este jueves tuvo lugar una sesión del Consejo de Seguridad de la entidad, con la guerra en Ucrania como tema excluyente.

Según informó la cadena RT, durante su participación el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Serguéi Lavrov, declaró que Estados Unidos y sus aliados tratan al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, según el principio de que “es un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta”.

“Estados Unidos y sus aliados, con la connivencia de instituciones de derechos humanos internacionales, encubrieron sistemáticamente los delitos del régimen de Kiev durante ocho años, construyendo su política en relación con Zelenski sobre la base del principio estadounidense conocido ‘es, por supuesto, un hijo de puta, pero es nuestro hijo de puta’”, afirmó el jefe de la diplomacia rusa.

Lavrov, ante la irritación de la mayoría de los presentes, destacó que el término “impunidad” refleja lo que está pasando en Ucrania desde 2014, cuando las fuerzas nacionalistas llegaron al poder con la ayuda de países occidentales tras un golpe de Estado armado.

Según manifestó el alto jerarca del Kremlin, desde ese momento se puso en marcha “un desprecio total por los principales derechos humanos y las libertades”. A pesar de esto, afirmó Lavrov, “hoy tratan de imponernos una narrativa totalmente distinta sobre una agresión rusa como la causa primaria de todos los desastres”.

El diario británico The Guardian informó que luego de dar su discurso, Lavrov se retiró de la sala donde se estaba desarrollando la reunión.

En el inicio del encuentro, el secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, habló con dureza contra el gobierno de Moscú por amenazas nucleares a las que calificó como “totalmente inaceptables”. Guterres además denunció los planes de Moscú de anexar partes de Ucrania a través de referéndums como una “violación de la carta de la ONU y del derecho internacional”.

También la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) condenó en un comunicado los referéndums que las autoridades prorrusas harán en los próximos días en las regiones de Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón para aprobar o no la integración de estos territorios, conquistados casi en su totalidad por las fuerzas de Moscú para la Federación Rusa. Según el texto difundido por la alianza militar liderada por Estados Unidos, estas votaciones “no tienen legitimidad”.

Blinken acusó a Putin de destrozar el orden internacional

En la reunión del jueves, que es al menos la vigésima vez en la que el Consejo de Seguridad se reúne para hablar sobre el conflicto bélico en Ucrania, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, acusó a Vladimir Putin de haber “destrozado” el orden internacional “ante nuestros ojos”. De acuerdo a lo que consignó la agencia Reuters, Blinken dijo que el presidente ruso echó “combustible al fuego” al anunciar la movilización de más tropas y la planificación de “referéndums” en el territorio ucraniano ocupado, y que debe rendir cuentas por sus acciones. El funcionario de la administración que encabeza Joe Biden, además, prometió que su país continuará, tal como lo viene haciendo, apoyando a Ucrania para defenderse ante la agresión rusa. “No podemos permitir que el presidente Putin se salga con la suya”, expresó Blinken.

A pesar de la cantidad de reuniones que hubo sobre el tema, el Consejo de Seguridad no pudo tomar ninguna medida significativa sobre el tema porque Rusia es un miembro permanente del órgano con poder de veto, al igual que los otros integrantes permanentes, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y China. También participó en la reunión del consejo el fiscal de la Corte Penal Internacional (CPI), el británico Karim Khan, quien comunicó que había “motivos razonables” para creer que se cometieron crímenes dentro de la jurisdicción de la corte en Ucrania. El tribunal con sede en La Haya estima que en el marco del conflicto hubo numerosos crímenes de guerra y crímenes contra la humanidad. Khan dijo que una de las prioridades de investigación de la CPI es la transferencia de pobladores de Ucrania, incluidos muchos niños, hacia territorios bajo control ruso.

Estados Unidos dijo, con base en estimaciones realizadas por muchas fuentes, incluido el gobierno ruso, que las autoridades de Moscú “interrogaron, detuvieron y deportaron en forma forzosa” a más de un millón y medio de ciudadanos a Rusia desde que comenzó la invasión.

“Debemos dejarle claro al presidente Putin que su ataque contra el pueblo ucraniano debe terminar, que no puede haber impunidad para quienes están perpetrando atrocidades”, dijo el secretario de Relaciones Exteriores británico, James Cleverly, y agregó que el mundo entero necesita rechazar el “catálogo de atrocidades de Moscú”.

Movilización, detenciones y salidas del país

En una conferencia de prensa celebrada este jueves en Moscú, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó las informaciones sobre una cláusula no revelada en el decreto del presidente Putin sobre la movilización parcial que preveía que un millón de reservistas serán enrolados para luchar en Ucrania. “Esto es una mentira”, dijo Peskov en respuesta a un informe publicado por el medio ruso Novaya Gazeta –firme opositor a las políticas de Putin– que citaba a un funcionario ruso no identificado diciendo que el verdadero plan del gobierno es convocar a un millón de personas para combatir en Ucrania y no a 300.000, como informó el gobierno ruso esta semana. A partir de ese momento, miles de hombres en toda Rusia recibieron citaciones preliminares para presentarse en unidades militares.

El grupo de derechos OVD-Info informó que entre los que fueron convocados desde el anuncio del presidente se encuentran muchos ciudadanos que fueron detenidos mientras protestaban contra la movilización. Paralelamente, medios locales e internacionales informaron que el tráfico en los cruces fronterizos rusos con Finlandia y Georgia se disparó después de que el anuncio de Putin despertara temores de que hombres en edad de combatir fueran llamados a luchar en Ucrania. En este marco, los precios de los vuelos de ida desde Moscú a los países fronterizos más cercanos llegaron a costar 5.000 dólares y la mayoría de los pasajes para los próximos días se agotaron rápidamente.

En respuesta a esta situación, la primera ministra finlandesa, Sanna Marin, dijo que su gobierno está considerando formas de reducir drásticamente el turismo y el tránsito de rusos a través de Finlandia. “La voluntad del gobierno es muy clara: creemos que se debe detener el turismo ruso [a Finlandia], así como el tránsito por Finlandia”, dijo Marin a los periodistas.

Este presunto éxodo fue negado por el Kremlin, que calificó tales informaciones como “exageradas”. El portavoz Peskov también negó informes de medios rusos de que algunos manifestantes contra la movilización detenidos el miércoles por la noche recibieron citaciones y dijo que eso “no va en contra de la ley”.

Kiev y Moscú hicieron el mayor intercambio de prisioneros en casi siete meses de guerra

Autoridades rusas y ucranianas confirmaron este jueves el mayor canje de detenidos desde que empezó la guerra, el 24 de febrero.

Entre los liberados se encuentran militares de Kiev que combatieron en la planta siderúrgica de Azovstal, en la ciudad de Mariúpol, algunos extranjeros y también el conocido político y empresario ucraniano prorruso Viktor Medvedchuk, informó la agencia Associated Press. En total en la operación de intercambio estuvieron involucrados alrededor de 300 hombres que fueron intercambiados por los gobiernos gracias a la mediación de representantes de Turquía y Arabia Saudita.

Del lado ucraniano, entre los rescatados se encuentran 215 militares y extranjeros. Muchos de ellos son soldados y oficiales que habían sido sentenciados a pena de muerte por tribunales rusos tras ser capturados en territorio ucraniano ocupado, según detalló Zelenski.