La reina Isabel II, la monarca con el reinado más largo en la historia de Gran Bretaña, fue enterrada este lunes en la capilla de San Jorge, en el Castillo de Windsor, en una pequeña ceremonia privada a la que asistió la familia.

“La reina ha sido enterrada junto al duque de Edimburgo en la Capilla Monumento del Rey Jorge VI”, informó en un comunicado oficial la familia real británica. El entierro de la reina, que fue el último acto de una larga jornada de ceremonias fúnebres, no fue abierta a la prensa, por lo que apenas han trascendido detalles sobre cómo se han colocado los restos de la reina junto a los de su esposo, Felipe, fallecido en 2021 a los 99 años de edad. Tal como recordó el portal Europa Press, Felipe había sido enterrado en un lugar provisional a la espera de que los restos de ambos reposaran juntos tras el fallecimiento de Isabel II, quien murió el jueves en el Castillo de Balmoral, su residencia de descanso ubicada en el noreste de Escocia, cerca de la ciudad de Aberdeen.

Más temprano, el lunes, alrededor de 2.000 invitados, incluidos jefes de Estado de todo el mundo, se reunieron en la Abadía de Westminster para su funeral.

Junto al actual rey, Carlos III, estuvo el resto de la familia real, incluida su esposa, la reina consorte Camila, los otros hijos de la reina, Ana, Eduardo y Andrés, los ocho nietos de la reina con sus parejas y dos de sus bisnietos. Entre las figuras políticas invitadas estaban el presidente de Estados Unidos, Joe Biden; el de Francia, Emmanuel Macron; la primera ministra británica, Liz Truss, y todos los ex primeros ministros vivos de Reino Unido: Boris Johnson, Theresa May, David Cameron, Gordon Brown, Tony Blair y John Major.

Varios monarcas del mundo también estuvieron presentes, entre ellos el rey Felipe VI y la reina Letizia de España; el emperador Naruhito y la emperatriz Masako de Japón, el rey Guillermo Alejandro de Países Bajos junto con la reina Máxima y la princesa Beatriz; el rey Felipe de Bélgica, el rey Harald V de Noruega, el príncipe Alberto II de Mónaco y la reina Margarita de Dinamarca, prima lejana de Isabel II.

Luego de la ceremonia en Westminster, el ataúd fue trasladado al Arca de Wellington, en una procesión en la que participaron miembros de las Fuerzas Armadas.