El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, informó ayer que 43 personas permanecían desaparecidas después del bombardeo a un edificio de viviendas en la ciudad de Dnipró en el que murieron 30 personas, incluido un niño. El ataque además dejó 73 heridos, entre ellos 13 niños, y 39 personas debieron ser rescatadas de entre los escombros.
Quedaron destruidos 72 apartamentos y otros 230 fueron dañados. Según comunicó el gobernador de la región, Valentín Reznichenko, se retiraron casi 3.500 toneladas de escombros desde el sábado. “Continúa el desmantelamiento de las estructuras destruidas del edificio”, agregó, según citó Europa Press. Por otra parte, estaba previsto que las tareas de rescate se llevaran adelante hasta la madrugada de hoy.
Rusia informó ayer que el sábado “se llevó a cabo un ataque con misiles contra el sistema de mando y control militar de Ucrania y las instalaciones energéticas relacionadas”. El portavoz del Ministerio de Defensa, Ígor Konashénkov, dijo que “todos los objetivos asignados fueron golpeados”, pero no mencionó el misil que impactó en Dnipró.
De acuerdo con el comandante de la Fuerza Aérea de Ucrania, Mykola Oleshchuk, fue un misil Kh-22 lanzado desde la región rusa de Kursk el que impactó en esa ciudad. Se trata de un tipo de misil diseñado para atacar grupos de portaaviones en el mar. Si bien la ubicación aproximada del lanzamiento, la altitud y la velocidad de vuelo fueron detectadas por los radares, “las Fuerzas Armadas de Ucrania no tienen armas capaces de derribar este tipo de misil”, dijo Oleshchuck, según informó la agencia Efe.
“Desde el comienzo de la agresión militar de Rusia, más de 210 misiles de este tipo han sido lanzados sobre el territorio de Ucrania. Ninguno fue derribado por medio de la defensa antiaérea”, agregó el comandante de la Fuerza Aérea y dijo que “sólo los sistemas de misiles antiaéreos que en el futuro pueden ser proporcionados a Ucrania por socios occidentales son capaces de interceptar estos objetivos aéreos”.
Zelenski pidió ayer más armas a sus aliados. Se refirió a las “que están en los almacenes de nuestros socios y que nuestros soldados están esperando”, y agregó que “todo el mundo sabe cómo se puede detener a aquellos que siembran la muerte”.
Si bien Ucrania ha recibido miles de millones de dólares en armamento, su gobierno insiste en que necesita más sistemas antiaéreos y tanques pesados. Estados Unidos, Francia y Alemania ya se habían comprometido a enviarle a Ucrania vehículos blindados ligeros, y el sábado el primer ministro de Reino Unido, Rishi Sunak, anunció el suministro de tanques. Para Zelenski, esa ayuda militar no sólo será útil en el combate, sino que envía “la señal adecuada a otros socios”.
Por su parte, el presidente ruso, Vladimir Putin, consideró ayer que su campaña militar en Ucrania avanza de forma “positiva”. En declaraciones a la televisión pública Rossiya-1 afirmó: “Todo se desarrolla acorde al plan del Ministerio de Defensa y del Estado Mayor. Y espero que nuestros combatientes nos complazcan más de una vez con los resultados de su trabajo de combate”.