El gobierno de Israel decidió este domingo revocar el permiso de viaje del ministro de Relaciones Exteriores de la Autoridad Palestina, Riyadh al Maliki, una medida punitiva que forma parte de una serie de acciones contra los palestinos en represalia por presentar al máximo órgano judicial de la Organizaciones de las Naciones Unidas, la Corte Internacional de Justicia (CIJ), un pedido para que emita su opinión sobre la ocupación israelí de Cisjordania.

El viernes el gabinete de seguridad israelí del primer ministro Benjamin Netanyahu aprobó una serie de sanciones. Según informó el diario israelí Haaretz, entre las principales medidas adoptadas por el Ejecutivo más ultraderechista de la historia del país estaba la de congelar los planes de construcción palestinos en Cisjordania, región a la que el gobierno denomina oficialmente Judea y Samaria. Además, las autoridades israelíes determinaron la aplicación inmediata de la retención de pagos a la Autoridad Palestina y la transferencia de dichos fondos a “víctimas del terrorismo”.

En la decisión del gabinete se afirma que “el actual gobierno no aceptará con los brazos abiertos la guerra política y legal de la Autoridad Palestina contra el Estado de Israel, y responderá como sea necesario”.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores y Expatriados palestino emitió un comunicado en el que condenó las medidas israelíes. “Las medidas vengativas del ocupante colonial contra el pueblo palestino son un ataque directo a la solicitud de una opinión consultiva de la CIJ sobre la posición legal de la dominación ilegal de Israel sobre el pueblo palestino y las responsabilidades de los estados”, se expresa en el texto elaborado por la cancillería, consignado por la agencia de noticias palestina Wafa.

Además, en el comunicado se sostiene que estas medidas israelíes son “una afrenta a la CIJ, que se encuentra en la cúspide del orden jurídico internacional”.

El Ministerio de Relaciones Exteriores palestino reafirma que la comunidad internacional tiene el deber de actuar ahora para proteger su derecho inherente a buscar el consejo y la opinión de la CIJ. “Los estados deben asegurarse de que Israel cese sus sanciones contra el pueblo palestino y se someta al orden internacional basado en reglas o estén preparados para recibir el trato debido a los estados parias”, dice el comunicado.

La declaración agrega: “Israel no puede tolerar la rendición de cuentas. Está acostumbrado a intimidar para salir de cualquier dilema y salirse con la suya”. “Palestina continuará su búsqueda de todos los medios pacíficos, políticos, legales y diplomáticos para hacer realidad los derechos inalienables de nuestro pueblo al retorno, la autodeterminación y la independencia y soberanía en su Estado de Palestina, con Jerusalén Este como su capital”, finaliza la declaración.

Pero además, dentro de Israel el nuevo gobierno está teniendo una fuerte resistencia por parte de partidos y organizaciones que están en contra del recorte de derechos que el novel Ejecutivo está analizando. En ese marco, en la noche del sábado, aproximadamente 20.000 personas se movilizaron en Tel Aviv.

En un comunicado conjunto consignado por The Jerusalem Post, dos de las organizaciones que convocaron a la manifestación, Omdim Beyajad (Juntos de Pie, una organización social que agrupa a judíos y árabes en favor de la paz) y el grupo de protesta Crime Minister, afirmaron que “elementos extremistas y peligrosos del nuevo gobierno intentan perjudicarnos a todos”, y acusaron a la coalición gobernante de atacar a la población árabe y discriminar por motivos de género y orientación sexual.

“No nos quedaremos en casa cruzados de brazos, no nos dejaremos vencer por la desesperación y la frustración. Dondequiera que haya una batalla, hay esperanza y saldremos a luchar por nuestro hogar”, señala la declaración.

Varios diputados asistieron a la protesta, entre ellos Merav Mijaeli y Gilad Kariv, del Partido Laborista, así como Aymen Odeh, político árabe israelí que lidera la alianza izquierdista Hadash-Ta’al, de mayoría árabe, aunque también apoyada por judíos comunistas y otras vertientes de izquierda. También participaron y hablaron en la manifestación la exministra y exlegisladora Tzipi Livni y Ayman Odeh, quien declaró: “Con esta crisis histórica hay también una enorme e histórica oportunidad. La única oportunidad de los fascistas es separarnos, y no se lo permitiremos”.

Según informó Haaretz, Odeh dijo que luego de su intervención fue agredido por un manifestante. “Después de mi discurso de esta noche contra el fascismo fui agredido verbalmente por un grupo de manifestantes fascistas. Uno de ellos me atacó físicamente y fue inmediatamente alejado por los manifestantes que me rodeaban”, escribió el político en su cuenta de Twitter.