Las diferencias internas en el Partido Republicano quedaron expuestas con la destitución de Kevin McCarthy como líder de la Cámara de Representantes estadounidense, una medida que paralizará a esa institución al menos por esta semana, hasta que se vote un reemplazante para el cargo. Esa elección no tiene un plazo previsto.

Mientras tanto, en su lugar quedó otro republicano, Patrick McHenry. Sin embargo, debido a que ocupa la presidencia de la cámara de manera interina, sólo puede dedicarse a asuntos administrativos y no a tareas legislativas.

Desde la elección de McCarthy como presidente de la cámara, en enero de este año, su figura dividió a los republicanos a tal punto que ese proceso requirió 15 votaciones. Uno de los diputados republicanos que se abstuvo en aquella elección, Matt Gaetz, fue el impulsor de la destitución de McCarthy.

Gaetz había manifestado desde hace meses que estaba dispuesto a promover este proceso, y lo aceleró el fin de semana, después de que McCarthy evitara el cierre del gobierno. El titular de la cámara impulsó un acuerdo entre su sector político y el gobernante Partido Demócrata para aprobar una ley que extiende por 45 días la financiación de los aspectos vitales de la administración estatal. La norma fue muy criticada por el ala más derechista de su partido.

“Mantener el gobierno abierto y pagar a nuestras tropas fue la decisión correcta”, argumentó el dirigente. “Mantengo esa decisión y, a final de cuentas, si tengo que perder mi trabajo por eso, que así sea”, dijo, según citó la BBC.

Por otra parte, esa ley, que prolonga el presupuesto básico por 45 días, deja afuera el apoyo económico de Estados Unidos a Ucrania. De todos modos, Gaetz acusó a McCarthy de haber acordado en secreto con el gobierno su apoyo para seguir financiando a ese país.

“La alta inflación está al borde de llevar a la bancarrota a las familias estadounidenses”, dijo Gaetz al presentar el lunes su moción para la destitución de McCarthy. “Nuestra economía se está rompiendo en dos. McCarthy ha fallado a la hora de posicionarse en lo importante. No me disculpo por defender el derecho de todo trabajador estadounidense a una vida decente”, argumentó.

Cuando en junio Estados Unidos se acercaba a un default, el líder de la cámara baja llegó a un acuerdo con el presidente Joe Biden para elevar el techo de deuda. Los republicanos reclamaban, en su lugar, recortes de gastos.

Pese a que McCarthy es un dirigente que tiene bastante cercanía con Donald Trump, el ala extremista de su partido, que en buena medida está alineada con el expresidente, lo ve como un moderado. Para contentar a esos sectores, McCarthy llegó a habilitar la apertura de un juicio político a Biden, pese a que había manifestado discrepancias con esa iniciativa. Sin embargo, eso no evitó que se convirtiera en el primer presidente de la Cámara de Diputados en ser destituido.

Votaron su remoción los legisladores demócratas, y ocho republicanos. La iniciativa contó con el apoyo de 216 diputados y se opusieron 210. “No confiamos en él. Sus miembros [republicanos] no confían en él. Y se necesita cierto grado de confianza para ser el presidente [de la cámara]”, dijo el legislador demócrata Adam Schiff.

“Después de ocho meses de liderazgo fallido y de esta destitución histórica, creo que deberíamos pasar página y encontrar a alguien más. Lo que ha paralizado la Cámara de Representantes es el fracaso de McCarthy”, dijo Gaetz, según consigna la agencia Efe.

Ahora demócratas y republicanos deberán presentar sus candidatos para ocupar el cargo, que necesitarán de la mayoría simple de votos en la cámara para ser electos. Entre ellos no estará el nombre de McCarthy ni el de Gaetz, anunciaron estos dirigentes. “No volveré a presentarme [a presidente de la cámara]”, dijo McCarthy. “Espero que sepan que cada día trabajé independientemente de si me subestimaron o no. Quería hacerlo con una sonrisa”, agregó.

El gobierno de Biden manifestó su expectativa de que el sustituto de McCarthy se elija “pronto”, porque “los urgentes desafíos que afronta” Estados Unidos “no pueden esperar”. Así lo manifestó en un comunicado la portavoz de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, quien agregó que “la población estadounidense merece un liderazgo que ponga los temas que afectan a sus vidas en el centro”.