Hamas es un movimiento religioso, político y militar que se gestó durante las décadas de 1970 y 1980, originalmente como una rama palestina de la Hermandad Musulmana, una entidad fundada en los años 20 del siglo pasado en Egipto fundamentalmente sobre una base religiosa que en su concepción pretendía establecer califatos unificados en los territorios habitados por musulmanes.

Antes de constituirse oficialmente como Hamas –que es el acrónimo en árabe de Movimiento de Resistencia Islámica– este grupo operaba en la Franja de Gaza, evitando confrontar con la ocupación israelí.

Durante la década de 1970 centró sus esfuerzos en contraponerse a la izquierda palestina desde el punto de vista político, y en lo social, basado en su fuerte impronta religiosa, a combatir manifestaciones de vida moderna, secular y occidentalizada dentro del territorio como, por ejemplo, la difusión de música no religiosa y el uso de traje de baño en las playas situadas sobre las costas del mar Mediterráneo.

En sus agresiones contra espacios culturales identificados con la izquierda palestina y con Fatah –sector que actualmente gobierna en Cisjordania, secular y políticamente centroizquierdista–, el germen de Hamas contó con la impunidad por parte del gobierno israelí, que por entonces consideraba a estos militantes religiosos, sin aspiraciones nacionalistas, un buen contrapeso a la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), liderada por Yasser Arafat.

El cambio se produjo en la década de 1980, más precisamente en 1987, bajo la conducción del jeque Ahmad Yassin, cuando ante la ebullición popular se sumó a la lucha durante la primera Intifada, creando un brazo armado clandestino propio.

Durante la década de 1990, Hamas por un lado y la derecha israelí por el otro se encargaron de dinamitar el proceso de paz surgido de los Acuerdos de Oslo.

En su matriz ideológica, Hamas sigue siendo un sector muy conservador en lo social y cultural, y en lo político adoptó una doctrina de resistencia prolongada ante Israel. Únicamente acepta treguas y nunca acuerdos de paz que impliquen el reconocimiento o la legitimidad de Israel. Eso lo diferencia sustancialmente de Fatah y de otras facciones palestinas de izquierda.

Actualmente, en el plano internacional su afinidad más estrecha es con la Hermandad Musulmana egipcia, que gobernó brevemente el país antes de ser derrocada por el golpe de Estado que lideró el actual presidente, Abdelfatah El-Sisi.

Hamas también tiene estrechos vínculos con el movimiento político que lidera el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, y en los últimos años fue apadrinado económicamente por Qatar. Sus relaciones con Irán han tenido altibajos, influidos por las guerras en el mundo árabe, como la de Siria, aunque tienden a unirse contra Israel, que es su enemigo común.

Con el transcurso de los años, el brazo armado de Hamas fue responsable de numerosos atentados suicidas y otros ataques letales contra civiles y soldados israelíes. La organización es considerada terrorista por Israel, pero además por Estados Unidos, la Unión Europea, Reino Unido y Japón, entre otros países.

En 2006 Hamas ganó las elecciones parlamentarias palestinas y, luego de una violentísima disputa con Fatah, en 2007 expulsó a todos los representantes de esta entidad de la Franja de Gaza, donde gobierna desde entonces.