El portal de estadística Statista reveló que más de seis millones de británicos nadaron en el agua al aire libre en 2018. Tres años después, un informe gubernamental encontró que sólo el 14% de los ríos en Inglaterra tuvo un buen estatus ecológico, mientras que se registraron 375.000 derrames de aguas residuales en ríos y vías navegables en 2021.
Desde junio la agencia ambiental inglesa está llevando adelante una investigación para determinar si las empresas de agua y de alcantarillado incumplieron condiciones de sus permisos ambientales en plantas de tratamiento de aguas residuales. Su evaluación inicial encontró que “puede haber habido incumplimiento generalizado y grave de las condiciones de los permisos ambientales por parte de todas las empresas”, específicamente por realizar “derrames secos”, que son ilegales y ocurren cuando empresas de agua o de alcantarillado descargan aguas residuales en días en los que no llueve. La BBC informó en setiembre que las empresas Thames Water, Wessex Water y Southern Water fueron responsables de 3.500 horas de “derrames secos” en 2022.
En julio, al menos 57 triatletas enfermaron después de nadar en el mar de la playa Roker en Sunderland. Tres días antes del evento, un muestreo realizado por la agencia medioambiental encontró 3.900 colonias de E Coli por 100 ml de agua, una cantidad 39 veces mayor que el mes anterior. En setiembre, al menos 88 triatletas sufrieron vómitos y diarrea después de nadar en el lago Hever Castle, alimentado por el río Edén. Según datos de The Rivers Trust (La Fundación de los Ríos), hubo 474 horas de derrames de aguas residuales por desbordamientos provocados por tormentas en el río Edén en 2022, pero Southern Water afirmó que sus plantas de tratamiento locales cumplían con los permisos ambientales. La organización Surfistas en contra del Alcantarillado ha registrado al menos 1.142 informes de enfermedades en personas que han pasado tiempo en aguas británicas en 2023.
No son sólo las aguas residuales las que contaminan las aguas británicas. El río Wye se enfrenta a la contaminación masiva como resultado de los residuos agrícolas. Como explicó el presidente de la organización ambientalista River Action (Acción del Río), Charles Watson, más de 20 millones de pollos se crían en el entorno del río, con hasta 500.000 aves en cada cobertizo, que pueden producir hasta 0,3 metros cúbicos de estiércol en cada gallinero. Este estiércol se utiliza luego como fertilizante en los suelos que rodean el río Wye, lo que lleva a la sobresaturación del suelo. El estiércol luego entra al agua dulce, generando proliferaciones de algas. Esto ha llevado al Wye a convertirse en un río de “color pútrido opaco” y ha dejado la cadena ecológica “destruida”. River Action obtuvo recientemente el consentimiento para llevar a cabo una revisión judicial contra la Agencia de Medio Ambiente por no proteger el Wye de la contaminación agrícola, y Watson espera que una acción legal exitosa pueda “establecer un precedente” y permitir a la organización realizar revisiones judiciales parecidas en otras zonas afectadas.
El gobierno de Reino Unido se ha fijado el objetivo de reducir las cargas de fósforo de las aguas residuales en un 80% en 2038. Aunque los pollos pueden producir hasta cuatro veces los niveles de fósforo producidos por los seres humanos, este objetivo refiere únicamente a los niveles de fósforo en las aguas residuales humanas tratadas. Con respecto a este objetivo, Watson dice que el sistema de alcantarillado de Reino Unido “no es adecuado de ninguna manera para hacer frente a los eventos climáticos mucho más extremos que estamos viendo” y agregó que “estamos totalmente abrumados,” refiriéndose a los sistemas de alcantarillado. Explicó que es necesario invertir “decenas de miles de millones de libras” en nuevos sistemas de tratamiento de aguas residuales para reducir los niveles de fosfato, lo que podría tardar muchos años.
Mientras que el monitoreo de aguas residuales en los ríos de Reino Unido comenzó en 2015-2016, Rebecca Duncan, representante de The Rivers Trust, dice que es probable que los derrames de aguas residuales hayan tenido lugar durante varios años. Afirma que hay una “división” entre las opiniones de los que nadan en aguas abiertas. Aunque muchos perciben la contaminación como uno de los varios riesgos asociados con la natación en aguas abiertas, además de las bajas temperaturas y las corrientes, hay otros que evitan nadar en aguas abiertas o evitan meter la cabeza bajo el agua después de fuertes lluvias, debido al riesgo de enfermarse por derrames de aguas residuales.
Según Duncan, las “medidas a todos los niveles” son esenciales para reducir los niveles de contaminación en los ríos británicos. Una de esas medidas es trabajar con las partes interesadas, que “no es una bala de plata, pero puede ser un disparador” para luchar contra la contaminación de los ríos. La organización también está buscando mejorar las soluciones de ingeniería y basadas en la naturaleza para aliviar el estrés en los sistemas de alcantarillado. Además de la regulación de las compañías de agua, que actualmente sólo “autoinforman” los derrames, Duncan explica que la “mensajería clara” al público es esencial para asegurar que todos entiendan lo que puede ser arrojado por el inodoro para que los sistemas de alcantarillado no se vean saturados.