El martes, una caravana formada por más de 7.000 personas, en su mayoría oriundas de Cuba, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras y Venezuela, llegó al municipio de Huehuetán, situado en el estado de Chiapas, en el extremo suroeste de México. Su objetivo es llegar a la frontera con Estados Unidos.

Uno de los organizadores de la caravana, Irineo Mujica, dijo que el plan para el miércoles era caminar aproximadamente 21 kilómetros al norte, con la intención de llegar al pueblo de Huixtla, también situado en Chiapas.

Según informó la agencia de noticias Reuters, la caravana sumó alrededor de 1.000 participantes más desde su inicio, el lunes.

Muchos de los migrantes se han quejado de los largos tiempos de procesamiento de visas de refugiado o de salida en la principal instalación de procesamiento de migrantes en el paso de Tapachula, una localidad chiapaneca por la que históricamente pasan los migrantes centroamericanos en su camino hacia Estados Unidos.

En diálogo con la agencia Associated Press, Mujica exigió al gobierno mexicano que se les otorguen visas de tránsito a los migrantes para permitirles cruzar desde México hacia Estados Unidos.

Mujica explicó que con frecuencia los migrantes no tienen otra opción que vivir en condiciones precarias en las calles de Tapachula mientras esperan durante semanas o meses por sus visas, sin derecho a trabajar.

Obtener una visa de las autoridades de inmigración mexicanas puede llevar mucho tiempo, y el proceso puede resultar costoso para los inmigrantes, que en la enorme mayoría de los casos viajan con fondos muy escasos.

Es por esta situación de vulnerabilidad que los migrantes que forman parte de este tipo de caravanas también pueden ser susceptibles de caer en manos de redes de crimen organizado. Sin embargo, en este caso los migrantes optaron por trasladarse de manera conjunta para reducir los riesgos de ser víctimas de episodios de violencia o de secuestros.

Videos publicados por Reuters muestran a los inmigrantes portando carteles con lemas como “Caravana Migrantes: queremos permisos, la contención que venden es nuestra muerte”, y un crucifijo con las palabras: “Libertad es verdad” y “Contención es mi muerte”. En algunos casos, los integrantes de la caravana fueron escoltados por la Policía, que está allí para evitar que bloqueen completamente las carreteras y, en ocasiones, también para impedir que hagan dedo en su recorrida.

También hay ambulancias que acompañan la caravana para atender posibles emergencias.

Esta caravana es de las más grandes que está atravesando México desde junio de 2022, cuando miles de migrantes se sumaron a una marcha que tuvo lugar al mismo tiempo de la Cumbre de las Américas, que se centraba específicamente en el tema de la migración. En aquel momento se formó una caravana de al menos 6.000 inmigrantes que esperaban crear conciencia sobre su lucha, pero luego se disolvió.

La actual caravana surgió pocos días después de una cumbre de diez países en Chiapas, durante la cual establecieron un plan para combatir el aumento de la migración dentro de la región, acordando la responsabilidad compartida y la cooperación internacional entre los países de origen, tránsito y destino, según informó la cadena CNN.

Los países asistentes en esta cumbre fueron Belice, Colombia, Costa Rica, Cuba, El Salvador, Haití, Honduras, México, Panamá y Venezuela. Los representantes de estos gobiernos acordaron mejorar las oportunidades de empleo, proveer alimentos y solicitar la ampliación de visas y programas de trabajo en Estados Unidos y Canadá.

En setiembre, la Organización Internacional de las Migraciones dijo que la cantidad de migrantes en la región representaba una situación “sin precedentes”, mientras que el gobierno mexicano informó que llegaban diariamente hasta 16.000 migrantes a las fronteras mexicanas y 10.000 a las estadounidenses.