El primer ministro de Portugal, António Costa, presentó su renuncia ante el presidente Marcelo Rebelo de Sousa, este martes, luego de que la Fiscalía de ese país anunciara una investigación en su contra por tráfico de influencias, corrupción y delitos de prevaricación en proyectos energéticos. “En estas circunstancias, obviamente, presenté mi dimisión”, expresó Costa en una declaración televisada, y afirmó que se va con la “conciencia muy tranquila”.
Costa negó haber cometido algún delito. No obstante, consideró que “la dignidad de las funciones de primer ministro no son compatibles con ninguna sospecha sobre su integridad, su buena conducta y menos aún con la sospecha de haber cometido algún acto delictivo”.
“Quiero decir, cara a cara con los portugueses, que la práctica de cualquier acto ilícito o incluso cualquier acto reprobable no pesa en mi conciencia”, expresó el exjerarca, y apuntó que está “totalmente disponible” para colaborar con la Justicia.
Costa ocupa el cargo de primer ministro desde 2015. Al respecto dijo que “fueron casi ocho años a los que me dediqué con todas mis energías” y aseguró que no volverá a presentarse al cargo. “Es una etapa de la vida que ha terminado”, sentenció, y agregó que se va “con la conciencia muy tranquila”.
El Tribunal Supremo de Justicia de Portugal abrió una investigación para esclarecer el papel del primer ministro y otros miembros de su gabinete en la concesión de dos explotaciones de litio en Montalegre y Covas do Barroso y un proyecto de producción de hidrógeno verde en Sines.
El Ministerio Público anunció este martes en un comunicado que la Fiscalía llevó a cabo el registro de “espacios utilizados por el jefe de gabinete del primer ministro” y apuntó que varios sospechosos han hablado de la implicación de Costa en el caso por “desbloquear procedimientos”.