En un comunicado publicado en el sitio oficial de la entidad, el secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), el portugués António Guterres, manifestó su satisfacción por la decisión del presidente sirio Bashar al-Assad, anunciada este lunes, de abrir dos puntos de cruce más en la frontera turca para permitir que llegue más ayuda al noroeste del país, severamente afectado por el terremoto del lunes 6.

Hasta el anuncio realizado por el mandatario, únicamente había estado habilitado el cruce Bab al-Hawa, en la frontera entre Turquía y Siria, que ha estado sumida en la guerra civil durante los últimos 12 años, y la región afectada está básicamente dominada por las fuerzas que están peleando contra el gobierno de Al-Assad.

A medida que se desvanece la esperanza de sacar con vida a más sobrevivientes de las ruinas, en Siria, de acuerdo a los datos oficiales, murieron como consecuencia del terremoto más de 4.300 personas, mientras que en Turquía las víctimas fatales sobrepasan las 31.000.

Está claro que “entregar alimentos, salud, nutrición, protección, refugio, suministros de invierno y otros suministros vitales para todos los millones de personas afectadas es de suma urgencia”, expresó Guterres en su comunicado.

“La apertura de estos puntos de cruce, además de facilitar el acceso humanitario, acelerar las aprobaciones de visas y facilitar los viajes entre los centros permitirá que entre más ayuda y más rápido”, expresó el diplomático lusitano.

Los trabajadores humanitarios que trabajan para salvar vidas en Siria y Turquía hicieron un llamado urgente el lunes para obtener más maquinaria pesada para retirar escombros de las ciudades y pueblos destruidos por los terremotos. Además, reclamaron la llegada de ambulancias, medicamentos, alojamiento y artículos no alimentarios, como calefacción y asistencia para el suministro a la población de agua, saneamiento y artículos de higiene.

La Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA, por sus siglas en inglés) informó que Harim, Afrin y Jebel Saman son los distritos más afectados en el noroeste de Siria, y que hasta ahora han llegado más de 50 camiones cargados con ayuda de cinco agencias de la ONU a través del único cruce internacional en Bab al-Hawa.

“La ONU continúa movilizando equipos de emergencia y operaciones de socorro”, expresó el francés Stéphane Dujarric, vocero de Guterres.

A pedido del gobierno turco, se desplegó un Equipo de Evaluación y Coordinación de Desastres de la ONU (Undac, por sus siglas en inglés) con un total de 50 miembros en el centro de ayuda de la ciudad turca de Gaziantep y en otros tres centros en el área afectada para apoyar la coordinación de las operaciones internacionales de búsqueda y rescate, agregó Dujarric.

También se ha establecido en Ankara, la capital de Turquía, un equipo de enlace Undac con el Ministerio de Gestión de Desastres y Emergencias turco, que lidera la respuesta al desastre.

Hablando desde el lugar, Winston Chang, representante de la Undac, dijo que la escala y el daño sufrido dentro del área del desastre en el sur del país fue “uno de los peores que hemos visto”.

Otro equipo de la Undac integrado por siete miembros llegó a Siria y está apoyando la respuesta en Alepo, Latakia y Homs. Actualmente ocho equipos de rescate internacionales están trabajando en las áreas afectadas por el terremoto en Siria.

“La ONU está trabajando para aumentar rápidamente su asistencia, incluso a través de las operaciones de ayuda transfronteriza en el noroeste”, agregó Dujarric, poco antes de que se anunciara la decisión del presidente Assad.