El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, alertó este martes en una conferencia de prensa celebrada en Ereván, la capital del país, sobre el riesgo de una escalada de violencia en el territorio en disputa de Nagorno-Karabaj, en la frontera con Azerbaiyán.
“La retórica agresiva de Azerbaiyán ha estado en aumento constantemente. Creció antes y después de la guerra de 2020, y creo que sí, la amenaza de una escalada a lo largo de la frontera de Armenia y en Nagorno-Karabaj es muy alta ahora”, afirmó Pashinyan, de acuerdo a lo que consignó la agencia Reuters.
En la frontera entre ambos países, que nunca fue delineada de manera formal luego de la caída de la Unión Soviética, hay periódicamente enfrentamientos armados. Pero el mayor foco de conflicto entre armenios y azeríes es Nagorno-Karabaj, un territorio gobernado de hecho por armenios, pero que está dentro del territorio de Azerbaiyán. Los armenios suelen referirse formalmente a este enclave como República de Artsaj.
La situación en la zona empezó nuevamente a deteriorarse en diciembre del año pasado, cuando centenares de azeríes –que supuestamente eran ecologistas que se estaban manifestando contra un proyecto minero, pero que en realidad son en su mayoría militares– comenzaron a bloquear, y permanecen allí en el corredor de Lachín, la única ruta que conecta el territorio de Nagorno-Karabaj con Armenia.
Esta situación produjo un gran desabastecimiento de todo tipo de bienes de primera necesidad en el territorio de Artsaj, donde viven aproximadamente 130.000 habitantes.
En 2020, tropas azerbaiyanas derrotaron a las fuerzas armenias en seis semanas de combates que concluyeron con un acuerdo de paz mediado por Rusia que le permitió a Azerbaiyán tomar una parte significativa de Nagorno-Karabaj y zonas circundantes que estaban en manos armenias desde la guerra anterior, entre 1992 y 1994.
“En vista de la crisis en Nagorno-Karabaj, el corredor de Lachín cerrado y la preparación por Bakú de una limpieza étnica, consideramos necesario el envío de una misión (internacional) para la recolección de pruebas a Nagorno-Karabaj y el corredor de Lachín”, pidió el primer ministro armenio.
El gobierno de Azerbaiyán, por su parte, negó las acusaciones de sus vecinos y denunció violaciones casi diarias del alto el fuego establecido tras la guerra de 2020. De todas maneras, en febrero, el Tribunal Supremo de Naciones Unidas ordenó a las autoridades azeríes que permitieran la reanudación de la libre circulación por la carretera, pedido que por el momento no tuvo resultados.
Pashinyan también dijo durante la conferencia de prensa que se comunicó con el presidente ruso, Vladimir Putin, por los “problemas” con la fuerza de mantenimiento de paz de Moscú, que no logra contener el aumento de las tensiones con Azerbaiyán, informó AFP.
El primer ministro armenio dijo que le manifestó a Putin sobre el peligro de una escalada en el conflicto y le remarcó al líder del Kremlin que los inconvenientes entre armenios y azeríes se estaban registrando en mayor medida “en la zona de responsabilidad de la fuerza de mantenimiento de paz de Rusia”, declaró en una rueda de prensa. El dirigente citó la muerte reciente de policías armenios en enfrentamientos con Azerbaiyán en dicho lugar.
Rusia siempre tuvo una influencia muy grande en la zona, aunque en los últimos tiempos la guerra en Ucrania fue aprovechada por los azeríes para avanzar hacia el territorio armenio. Si bien por lazos históricos y culturales Rusia suele estar más cerca de la católica Armenia que de la islámica república azerí, Moscú tiene buenas relaciones con ambos países, y ha venido apostando por un frágil equilibrio diplomático, evitando cualquier acción enfática.