El ministro de Justicia de Bolivia, Iván Lima, confirmó durante el fin de semana que una delegación de cinco miembros de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) visitará territorio boliviano entre el 23 y el 30 de marzo para verificar de primera mano la situación de los derechos humanos en el país.
Lima, cuyas declaraciones fueron consignadas por el diario Los Tiempos de Cochabamba, agregó que los integrantes de la CIDH, órgano dependiente de la Organización de Estados Americanos (OEA), podrán visitar sin “restricción” a la expresidenta de facto Jeanine Áñez y al gobernador opositor Luis Fernando Camacho, que están detenidos, acusados por la Justicia de haber participado en el golpe de Estado que forzó la salida de Evo Morales del gobierno en noviembre de 2019.
“Nos dicen que hay presos políticos en el país, nos dicen que no respetamos el debido proceso. ¿Cuál es la respuesta? La invitación a la CIDH”, dijo Lima en una conferencia de prensa.
El ministro agregó que los representantes de la CIDH no tendrán ningún tipo de restricción, podrán ir a las cárceles si lo entienden necesario y sostuvo que como gobierno abrirán las “puertas”.
De esta manera, afirmó Lima, si los integrantes de la delegación deciden ir a visitar a la expresidenta de facto Áñez, quien está detenida a la espera de ser enjuiciada en la cárcel de Miraflores en la ciudad de La Paz, podrán hacerlo. Lo mismo sucedería si quieren encontrarse con el exgobernador del departamento de Santa Cruz, Luis Fernando Camacho, quien se encuentra detenido en el penal de Chonchocoro, también en La Paz.
Lima detalló que, luego de su arribo, los miembros de la CIDH se reunirán inicialmente con el vicepresidente, David Choquehuanca, y después se dividirán en tres grupos para visitar los departamentos de Cochabamba, Santa Cruz y Chuquisaca.
En su visita los representantes de la CIDH tendrán encuentros con asambleístas oficialistas y opositores, con ministros, con el Tribunal Supremo Electoral, con el fiscal general del Estado, con el Tribunal Supremo de Justicia, con miembros de la sociedad civil, entre otros.
La presencia en el país de la comisión de la CIDH fue criticada por el expresidente y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), Evo Morales, en el marco de la división interna en el sector indigenista de izquierda entre la línea conducida por el exmandatario y la que representa el actual presidente boliviano, Luis Arce.
En una serie de mensajes publicados en su cuenta de Twitter este lunes, Morales consideró que el ministro Lima llamó “sospechosamente” otra vez a la CIDH para que visite el país, e insinuó que esta visita promovida desde el gobierno es una “distracción” ante el fracaso de la reforma judicial que impulsó sin éxito desde su cartera.
“El ministro de Justicia en persona nos advirtió que pediría juicio de responsabilidades para [la expresidenta de facto Jeanine] Áñez. Ahora, sospechosamente, llama a la CIDH. Como fracasaron con su reforma neoliberal de la Justicia con los notables, ahora distraen con visitas de comisiones internacionales”, expresó Morales en su cuenta de Twitter.
Sin embargo, “tantas visitas de la CIDH y hasta ahora las víctimas de las masacres de Senkata y Sacaba no obtienen justicia desde hace tres años. Pese a las recomendaciones del GIEI [Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes], los golpistas y masacradores siguen impunes por los cálculos políticos de los que manipulan el Órgano Judicial”, agregó Morales.
Las masacres de Senkata, una localidad situada en la ciudad de El Alto y en Sacaba, en la zona tropical del departamento de Cochabamba, fueron los dos hechos más cruentos que ocurrieron en los días posteriores a la destitución de Morales. En estos hechos murieron 37 personas y aproximadamente 500 resultaron heridas por la acción represiva de las fuerzas estatales que allí actuaron.