Decenas de miles de personas se movilizaron este jueves en el centro de Buenos Aires en el marco de una masiva protesta contra el gobierno de Alberto Fernández que tuvo la particularidad de unir por primera vez a organizaciones sociales piqueteras de izquierda y también a movimientos afines al peronismo, más específicamente al kirchnerismo.
“Contra el hambre y la pobreza, por trabajo y salario” fue una de las consignas de esta movilización que tuvo como epicentro la sede del Ministerio de Desarrollo Social, ubicada sobre la avenida 9 de Julio, en pleno centro de la capital argentina. La titular de esta cartera, Victoria Tolosa Paz, también fue duramente criticada por muchos de los dirigentes que impulsaron la protesta, quienes exigieron su renuncia al cargo.
Los organizadores, que estimaron en 200.000 personas el número de asistentes a la movilización, acusaron a la funcionaria de seguir desde su ministerio la política económica del gobierno dictada por el Fondo Monetario Internacional (FMI) y ejecutada por el ministro de Economía, Sergio Massa, e insistieron en que el gobierno del Frente de Todos está aplicando un “ajuste” que está siendo respaldado por todos los sectores que conforman la coalición oficialista.
Como telón de fondo de la gigantesca movilización, una de las más grandes registradas en Argentina en los últimos tiempos, están los últimos indicadores de inflación y pobreza difundidos por el Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
De acuerdo a estos números, la pobreza en Argentina se sitúa en el 39,2% y alcanza a 18 millones de personas, más de la mitad de los cuales son menores de 14 años. La situación además se ve agravada por la inflación anual que es casi del 109%, con un alza de precios que repercute directamente en los sectores más desfavorecidos.
En este contexto, el jueves la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), Unidad Piquetera, el Frente de Organizaciones en Lucha (FOL), la Central de Trabajadores y Trabajadoras de la Argentina Autónoma (CTA), el Movimiento Evita, muy cercano al kirchnerismo, el Movimiento de Trabajadores Excluidos, cuya figura más notoria es Juan Grabois, además de los trotskistas del Frente de Izquierda y el Polo Obrero sumaron fuerzas para lanzarle un claro mensaje al gobierno.
Esteban Gringo Castro, integrante de la UTEP y del Movimiento Evita, declaró: “Este frente único llega para quedarse contra cualquier modelo neoliberal. A veces será combinada y otras veces no. No es un frente único de la política, sino de la gremialidad de los movimientos populares. Nos van a tener que pasar por arriba. Nos van a tener que reprimir”. En declaraciones a elDiarioAR, Castro agregó: “Nosotros necesitamos que se resuelva el bono de mitad de año, el aumento del salario social complementario y que llegue la comida a los comedores”.
Por su parte Hugo Godoy, secretario general de la CTA Autónoma, declaró durante la movilización: “Este es un hito muy importante de unidad de los movimientos sociales y nuestra central. Es imprescindible la unidad de la clase trabajadora para obligar al gobierno a que deje de aplicar las imposiciones del FMI, si no el hambre y la pobreza van a seguir creciendo”.
El dirigente agregó: “Todas las semanas el ministro Massa anuncia nuevas medidas que son más de lo mismo: subsidios para los grandes grupos exportadores, habilitación para la fuga de capitales, pero ninguna medida de aumento de emergencia para las y los trabajadores, de un salario universal, una convocatoria al consejo del salario. Y si esto no ocurre, el pueblo debe salir a las calles para recuperar el protagonismo y concretar una realidad diferente con soberanía y justicia social”.
No participaron en la movilización la vertiente de la CTA que encabeza el kirchnerista Hugo Yasky y ni tampoco representantes de la Confederación General del Trabajo (CGT), la más conocida de las entidades sindicales argentinas, tradicionalmente más cercana a los sectores más ortodoxos del peronismo.