El ejército de Israel y militantes palestinos de la Franja de Gaza intercambiaron disparos de cohetes y tanques este martes, horas después de que autoridades carcelarias israelíes anunciaran la muerte en prisión de Khader Adnan, un alto miembro de la Yihad Islámica Palestina luego de 86 días de huelga de hambre.

Según informó el diario israelí Haaretz, en la noche del martes las sirenas sonaron dos veces en una hora en las áreas que rodean la Franja de Gaza luego de varios lanzamientos de cohetes desde el territorio palestino costero.

Según el servicio de rescate israelí, una persona resultó gravemente herida por los ataques palestinos en un sitio en construcción en el sur de Israel y dos más resultaron levemente heridas. Los tres son extranjeros. Se desconoce el número de víctimas en la Franja de Gaza.

Según una fuente de la organización Hamas citada por Haaretz, los grupos palestinos de Gaza decidieron responder a la muerte de Adnan de manera “medida”, eligiendo disparar cohetes únicamente contra las ciudades israelíes que rodean la Franja de Gaza. Mientras tanto, el jefe del Servicio de Prisiones de Israel ordenó que los funcionarios permanecieran en alerta máxima por temor a que los disturbios se generalizaran en las numerosas cárceles del país en las que hay prisioneros palestinos.

La muerte de Adnan, además de que eventualmente puede marcar el inicio de una nueva escalada de enfrentamientos, fue tomada como un hecho novedoso, ya que nunca antes un prisionero palestino había muerto en una cárcel israelí durante una huelga de hambre.

Si bien esta medida de protesta de los reclusos no es infrecuente, hasta ahora las autoridades israelíes siempre habían preservado la vida de los huelguistas, llegando incluso a liberar a personas que estaban presas por razones administrativas en ocasiones anteriores cuando llegaban al límite en sus protestas.

El propio Adnan había estado detenido en varias ocasiones en el pasado y en dos de ellas fue liberado tras prolongadas huelgas de hambre. Su situación era peculiar ya que era un preso político, porque sobre él no pesaba ninguna acusación, más allá de ser dirigente de la Yihad Islámica, pero sin involucración alguna probada con la lucha armada.

En esta ocasión, y en el marco del violento giro a la derecha que dio la actual coalición de gobierno que lidera Benjamín Netanyahu, un juez militar decidió no ordenar la internación de Adnan en un hospital y ello llevó a su deceso por la atención médica insuficiente que recibió en la cárcel. El hecho fue interpretado como una clara decisión política para desencadenar un enfrentamiento, violando lo que antes eran límites.

Al gobierno de extrema derecha que actualmente gobierna en Israel le conviene tener un enfrentamiento con los palestinos para aliviar la presión interna que existe en el país, que se viene reflejando en las permanentes protestas de todos los fines de semana contra el Ejecutivo y su resistido proyecto de reforma judicial.

En estos momentos, la cuestión de la reforma está paralizada para permitir que haya una instancia de diálogo entre el gobierno y la oposición auspiciado por el presidente Isaac Herzog, pero por el momento no se anunció ningún avance. En este contexto, la extrema derecha está tratando de movilizar a sus seguidores, y la semana pasada aproximadamente 150.000 personas se manifestaron a favor de la reforma en Jerusalén.

De todas maneras, este número es bastante menor a los que se registran en las marchas contra el gobierno que se vienen realizando desde hace meses todos los sábados de noche.

Pero como consecuencia de los bombardeos de este martes, algunas organizaciones israelíes que estaban convocando a una nueva protesta para el miércoles la cancelaron, lo que puede ser visto como una pequeña victoria para Netanyahu y los suyos en su intento de desmovilizar a sus opositores.