En medio del creciente escándalo por la revelación de abusos sexuales cometidos por sacerdotes en el país, arribó a Bolivia el monseñor Jordi Bertomeu, uno de los principales investigadores de este tipo de delitos del Vaticano, quien fue enviado especialmente por el papa Francisco.

En un comunicado publicado el domingo, la Conferencia Episcopal Boliviana señaló que la visita de Bertomeu no estaba directamente relacionada con las recientes denuncias, sino que había sido planeada con anterioridad para analizar “los avances en el campo de la cultura de la prevención” promovida por el Vaticano.

Sin embargo, de acuerdo a lo que informó Associated Press, el trabajo que desempeña Bertomeu actualmente se focaliza en indagaciones de este tipo y arribó a Bolivia procedente de Paraguay, donde había estado investigando acusaciones similares contra funcionarios de la iglesia.

El lunes, en una conferencia de prensa, la ministra de la Presidencia, María Nela Prada, había leído una carta dirigida por el mandatario boliviano al papa Francisco en la que, además de informar sobre los hechos de abuso sexual que presuntamente implican a sacerdotes católicos, se pidió “acciones concretas”, acceder a archivos de la iglesia sobre abusos sexuales a menores de edad y conocer los antecedentes de los sacerdotes que están en el país.

“Sabedores de que la iglesia católica, bajo su conducción, ha realizado investigaciones sobre hechos de abuso sexual a niñas, niños y adolescentes en diferentes latitudes del mundo, que tienen identificados casos y presuntos autores, pido a usted que la Justicia boliviana pueda acceder a todos los archivos, expedientes e información referente a estas denuncias y hechos de abuso sexual cometidos por sacerdotes y religiosos católicos en territorio boliviano”, le expresa en un pasaje de la carta Arce al papa.

El tema de los abusos por parte de sacerdotes tomó notoriedad luego de que El País de Madrid publicara una investigación en la que se denuncian los actos cometidos durante décadas por el religioso jesuita español Alfonso Pedrajas, quien falleció en 2009, a los 66 años.

El periódico madrileño comenzó la investigación luego de que un sobrino de Pedrajas se comunicara con el medio tras hallar en una computadora un diario escrito por su tío en el que describía los abusos perpetrados contra alrededor de 85 menores de edad. Pedrajas, a quien apodaban Padre Pica, llegó a Bolivia en 1961 y trabajó en varios centros educativos, pero la mayor parte de los abusos los cometió en el colegio Juan XXIII de la ciudad de Cochabamba, un internado que recibía a menores de escasos recursos económicos y de zonas rurales del cual llegó a ser director.

Según informó el diario Los Tiempos de Cochabamba, en el mail que le envió a El País de Madrid adjuntando el diario, el sobrino de Pedrajas explicó que en el diario que llevaba, además de los abusos, su tío describió toda una organización dentro de la Comunidad de los Jesuitas que estaba al tanto de los delitos del religioso.

Tras el escándalo provocado por las revelaciones de la prensa, la Fiscalía boliviana recibió al menos ocho denuncias de presuntos abusos cometidos por religiosos. El fiscal general, Juan Lanchipa, dijo que las denuncias se presentaron en las ciudades de La Paz, Cochabamba, Tarija y Santa Cruz de la Sierra.

Entre los denunciados figuran, además de Pedrajas, al menos tres sacerdotes españoles ya fallecidos, pero también otros que aún viven. Algunas de las denuncias fueron presentadas por la propia Compañía de Jesús, informó el diario boliviano El Deber.

El fiscal Lanchipa manifestó su preocupación por “la desidia que ha tenido esta organización católica de no haber denunciado estos hechos y, más bien, brindar una cobertura y protección de estos actos aberrantes”.