Uno de los principales ejes del Partido Popular (PP) en su campaña hacia las elecciones generales españolas que se celebrarán el 23 de julio consiste en señalar con insistencia el vínculo entre el gobierno del presidente Pedro Sánchez y la coalición Euskal Herria Bildu (EH Bildu) -sector que posibilitó la investidura del mandatario perteneciente al Partido Socialista Obrero Español (PSOE)-, que es conformada por muchos simpatizantes o exintegrantes de la organización Euskadi Ta Askatasuna (ETA).

El máximo referente de EH Bildu es Arnaldo Otegi, un personaje muy controvertido en el escenario político español. Líder de esta coalición de la denominada izquierda abertzale, un término que describe a los sectores izquierdistas, nacionalistas e independentistas vascos, Otegi estuvo preso en varias ocasiones por su vinculación a ETA, pero también fue una figura clave en el proceso que terminó con la actividad armada de la organización, en 2011.

El buen resultado obtenido por EH Bildu en las elecciones municipales del 28 de mayo, en las que la coalición fue el sector más votado en las tres provincias que integran el País Vasco -Vizcaya, Guipúzcoa y Álava- y también en Navarra, territorio considerado parte de su nación por los vascos, son un incentivo para la coalición izquierdista, que en los próximos comicios aspira a aumentar su cantidad de escaños en el Parlamento español.

Sobre este tema, entre otros, Otegi brindó una larga entrevista al portal Público. Cuando se le preguntó sobre un posible triunfo del PP, que conformaría gobierno con el apoyo de los ultraderechistas de Vox, el dirigente vasco de 65 años dijo que “el acceso del bloque reaccionario a la gobernabilidad del Estado va a ser algo nocivo para el conjunto de la ciudadanía del Estado, porque va a suponer una regresión en todos nuestros derechos. En cualquier caso, va a producir independentistas a escala industrial en Cataluña y en el País Vasco”.

Otegi también marcó una vez las diferencias notorias que existen entre el sector que él lidera y el Partido Nacionalista Vasco (PNV), cuya orientación, si bien es nacionalista como su nombre lo indica, tiene una posición económica liberal y en lo político fluctúa entre la democracia cristiana y el conservadurismo.

“El PNV ha jugado a ser sostén de todos los gobiernos que han existido en el Estado español. Dicen que ahora EH Bildu hace lo mismo, pero no es cierto. Nosotros nunca sostendremos un gobierno de la derecha. Esto es una posición de principios: nosotros no somos equidistantes entre la ultraderecha y las fuerzas de progreso. Probablemente tenemos grandes diferencias con el PSOE, pero sabemos distinguir. La diferencia entre PNV y EH Bildu es que nosotros no somos equidistantes”, argumentó Otegi.

El dirigente izquierdista también dejó claro que no es lo mismo un gobierno del PSOE o uno del PP. “Nosotros históricamente no hemos mantenido una relación muy amistosa con el PSOE. Nosotros estamos en el bloque de la izquierda plurinacional, y lo que vamos a poner encima de la balanza va a ser qué es lo mejor para los trabajadores de Euskal Herria”. Sin embargo, agregó: “A nosotros no nos resulta indiferente lo que pase en España, porque somos gente de izquierda. Somos internacionalistas y no deseamos gobiernos de la extrema derecha en ningún lado”.

En sus declaraciones, Otegi también cuestionó el espacio que actualmente tiene la izquierda dentro del panorama político del Estado español, término con el que los izquierdistas abertzales se refieren a España.

“Con todo el respeto, me parece que aquí hay un problema: la izquierda en el Estado no tiene patria porque la derecha ha secuestrado ese concepto; la patria ha sido expropiada por la ultraderecha. Esa patria tiene un rey y una bandera, que no es la republicana, y la defensa de la unidad de España con todos los elementos a su disposición, incluida la utilización de la violencia si es necesario”.

Hablando sobre la izquierda en general, Otegi expresó que actualmente la ve “sin referentes” y “despistada”. “No somos capaces de combatir los marcos del neoliberalismo con una cierta eficacia”, dijo, y agregó: “Existe, por un lado, una tendencia a la nostalgia en sectores minoritarios que no compartimos, pero también una tendencia a plegar banderas y hacia la derrota. Sin embargo, pienso que aquel eslogan de ‘socialismo o barbarie’ es hoy más verdad que nunca: se está poniendo en riesgo el planeta, hay una guerra que no sabemos a dónde va a conducir, hay continentes enteros condenados a la pobreza. Hay que poner la vida y la gente en el centro, y para eso hay que hacer una labor pedagógica enorme. El gran reto de la izquierda es decir que es posible y necesario un modelo alternativo”.