Una semana después de que Rusia abandonara el acuerdo que permitía el tránsito de barcos ucranianos con cereales para la exportación, la guerra en los últimos días sumó al mar Negro como un escenario de enfrentamientos militares entre Moscú y Kiev.

Este martes el Ministerio de Defensa ruso dijo que uno de sus patrulleros, el Serguei Kotov, fue atacado por dos drones marítimos operados por Kiev. Según el informe, los aviones no tripulados fueron destruidos por otra embarcación que patrullaba un área en el mar del suroeste, a casi 400 kilómetros de la base de la flota del mar Negro, ubicada en Sebastopol, en la península de Crimea.

Paralelamente, la embajadora británica en las Naciones Unidas, Barbara Woodward, dijo tener información sobre posibles ataques rusos contra embarcaciones civiles en el mar Negro, siguiendo la línea de los recientes ataques contra puertos ucranianos, como Odesa, y también sobre los puertos de las ciudades de Reni e Izmaíl, situados sobre el río Danubio, muy cerca del mar Negro y de la frontera con Rumania, en el extremo suroeste de Ucrania.

“Nuestra información también indica que Rusia ha colocado más minas marinas en las entradas de puertos ucranianos y estamos de acuerdo con el análisis de Estados Unidos de que esto es un esfuerzo coordinado para justificar y tratar de culpar a Ucrania de cualquier ataque contra barcos civiles en el mar Negro”, expresó Woodward en una conferencia de prensa consignada por el diario británico The Guardian.

Hablando sobre el acuerdo de exportación de granos, mediante el cual se permitía la salida de cereales ucranianos hacia muchos países desde puertos situados en el mar Negro, el martes desde el Kremlin se dijo que era imposible que Rusia volviera a firmarlo por ahora, debido a que los intereses de Moscú vinculados con el acuerdo “no se estaban implementando”. Sin embargo, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo en su contacto diario con los periodistas que el presidente Vladimir Putin había dejado claro que el acuerdo podría reactivarse si se respetaba la parte centrada en Rusia, informó la agencia Reuters. Esto significa la facilitación de la exportación de granos y fertilizantes rusos, cuya venta estaba siendo complicada por las sanciones que pesan contra el país a causa de la guerra.

Cuando Moscú comunicó que no renovaría el acuerdo, muchas voces indicaron que esto afectaría directamente a muchos países, incluyendo a varios africanos, que están pasando por situaciones humanitarias muy complejas. Pero Rusia de inmediato informó que la cuestión no le era ajena y el propio Putin expresó que su país continuaría trabajando para suministrar a las naciones africanas granos, alimentos y fertilizantes.

En ese sentido el jueves y viernes se celebrará en San Petersburgo una cumbre en la que Rusia recibirá a delegaciones de 49 países africanos, incluyendo a 17 jefes de Estado, entre los que se encuentra el presidente egipcio, Abdel-Fattah el-Sisi. Este evento, con el que Rusia intenta ampliar la fuerte influencia que ya tiene en muchos países africanos, es visto con enorme recelo por Estados Unidos y también por países europeos, particularmente Francia y Reino Unido, otrora metrópolis de la mayor parte de los países que tomarán parte en la cumbre.

Otra noticia relevante sobre la guerra que se divulgó este martes es que Estados Unidos otorgará un nuevo paquete de asistencia militar a Ucrania por 400 millones de dólares. La nueva ayuda, de acuerdo a lo que informaron agencias internacionales en base a datos proporcionados por el Pentágono, incluirá municiones de defensa aérea, vehículos blindados y armas antiblindaje.

Según aclaró el Departamento de Defensa estadounidense en un comunicado consignado por El País de Madrid, esta nueva partida incluye municiones para los sistemas de defensa aérea Patriot y lanzacohetes Himars, así como municiones de artillería, vehículos blindados y otros equipos de las reservas estadounidenses.

Estados Unidos es por lejos el mayor proveedor de armas de Ucrania, y en esta ocasión, al igual que las anteriores, comunicó que el objetivo de esta entrega de armas es ayudar a “los ucranianos a recuperar los territorios” ocupados por las fuerzas rusas desde que comenzó la guerra, indicó el jefe de la diplomacia estadounidense, Antony Blinken, en un comunicado de prensa.

El 13 de julio Ucrania recibió como parte de otro paquete de ayuda militar las polémicas bombas de racimo cuyo envío había sido aprobado días antes por el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, según confirmó un alto mando del Ejército de Kiev a la cadena CNN.