El bloque de izquierda conformado por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE) y Sumar comenzó este jueves la nueva legislatura con un triunfo, al conseguir los apoyos necesarios para que fuera electa su candidata a presidir la Mesa del Congreso, la socialista Francina Armengol. La Mesa del Congreso tiene el poder de admitir o rechazar proyectos de ley, dentro de ciertos marcos, y por eso resulta clave para un eventual nuevo gobierno de Pedro Sánchez.

La candidata de la derecha para el cargo, Cuca Gamarra, del Partido Popular (PP), sólo reunió 139 votos después de que su organización política y Vox decidieran votar separados debido a desacuerdos sobre la integración de la mesa. La ultraderecha apoyó a su propio candidato, Ignacio Gil Lázaro, que sumó el respaldo de 33 diputados. Acerca de los votos que alcanzó el PP, el portavoz del PSOE en el Congreso, Patxi López, manifestó: “Así no puede presentarse a ninguna investidura; con este PP es imposible, ha quedado patente y demostrado”.

El PSOE y Sumar lograron 178 votos –dos por encima de la mayoría absoluta en el Congreso– después de cerrar acuerdos con Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts, el partido de Carles Puigdemont. Esta organización política mantuvo la tensión hasta último momento y dio su aprobación a Armengol apenas dos horas antes de que comenzara la legislatura, informó el diario Público. La dirigente socialista, expresidenta del gobierno de las Islas Baleares, obtuvo además el apoyo de EH Bildu, el Partido Nacionalista Vasco y el Bloque Nacionalista Galego. La mesa será integrada también por otro legislador del PSOE, dos del PP y una de Sumar.

El acuerdo alcanzado para la elección de la Mesa del Congreso es el primero que logran el PSOE y Sumar con el independentismo catalán, al que necesitan también para lograr una nueva investidura de Sánchez como presidente del gobierno. A cambio de su apoyo, ERC y Junts consiguieron del PSOE varios compromisos, entre ellos el de impulsar el uso de lenguas oficiales distintas al castellano en las sesiones legislativas.

Armengol, en su primer discurso como presidenta de la mesa, anunció que se habilitaba el uso del catalán, el gallego y el euskera en el Congreso. “Que los pueblos se entiendan. Y que la diversidad, los credos, las razas y las identidades no sean barreras”, dijo. A su vez, el gobierno solicitó este jueves a la Unión Europea que acepte como oficiales esos idiomas además del castellano.

Otro punto alcanzado en el acuerdo consiste en establecer una comisión que investigue el uso del programa Pegasus para espiar a dirigentes independentistas catalanes y otra comisión que indague los ataques yihadistas cometidos el 17 de agosto de 2017 en Barcelona y Cambrils. Por su parte, ERC logró también del gobierno un compromiso con la “desjudicialización” del conflicto catalán.

López, el portavoz del PSOE en el Congreso, aclaró que su partido no se comprometió a aprobar una amnistía para los políticos involucrados en el procés, el intento independentista catalán de 2017, y dijo que la “desjudicialización” consiste en no llevar a los tribunales un conflicto que es político. El PSOE “siempre ha utilizado la política para resolver los problemas políticos” y esa será la línea que mantendrá, afirmó. Sin embargo, el reclamo de una amnistía estuvo presente y fue uno de los puntos que más demoraron las negociaciones, según publicó el diario español El País.

El portavoz del PSOE manifestó también que “nadie puede decir que la situación en Cataluña es la misma que hace cuatro años porque la convivencia ha mejorado notablemente y hoy hay una alternativa clara en Cataluña, liderada por el PSC [el Partido Socialista regional]”, citó Europa Press.

Los independentistas, por su parte, advirtieron el jueves que el acuerdo alcanzado con el oficialismo se limita a la Mesa del Congreso y no se extiende a una eventual investidura de Sánchez como presidente del gobierno. La portavoz de Junts en el Congreso, Miriam Nogueras, manifestó que persiste la “desconfianza” de su partido hacia el PSOE. Si bien calificó de “histórico” el entendimiento relativo a las lenguas oficiales, aclaró: “Hoy no hay ninguna conversación ni negociación respecto de la investidura. Insisto en que el principio de desconfianza hace que seamos muy escrupulosos y muy prudentes, por lo tanto, nosotros no entraremos en este tema en absoluto”, dijo.