“Este encuentro es lo más fuerte que se ha hecho en defensa de la cuestión del clima”, dijo el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, al inaugurar la Cumbre de la Amazonia, este martes, en la ciudad de Belém, capital del estado brasileño de Pará. Agregó que “la historia de defensa de la Amazonia y la selva será resumida en dos momentos: antes y después de la cumbre”.

En ese encuentro los gobiernos de los ocho países que comparten la selva amazónica buscan unificar posiciones para llevar a la próxima Cumbre del Clima y para implementar políticas de protección de esa región y del bioma. Al respecto, Lula dijo que hasta ahora era el mundo el que daba su opinión sobre la Amazonia, y que, a partir de ahora, “es la Amazonia la que levanta su voz para hablar con el mundo”.

Además de Lula, participan en este encuentro los presidentes de Bolivia, Luis Arce, Colombia, Gustavo Petro, y Perú, Dina Boluarte. En el caso de la presidenta peruana, este es el primer viaje al exterior que realiza como gobernante, previa autorización del Congreso de su país. También están representados en la cumbre los gobiernos de Venezuela, Ecuador, Surinam y Guyana, cuyos mandatarios, por diversos motivos, no pudieron asistir. El encuentro es el primero que realiza desde 2009 la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA), que integra a esos países.

El miércoles, en el segundo y último día de la cumbre, también estarán representados San Vicente y las Granadinas, que ejerce la presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, Francia, por la Guyana Francesa, y Alemania y Noruega en su calidad de contribuyentes del Fondo Amazonia.

En su discurso inaugural, Lula dijo que la protección ambiental debe ser acompañada por la creación de trabajo digno para los habitantes de la región, por la valorización de los pueblos indígenas y las comunidades locales, y por el combate del tráfico internacional, según citó la revista Carta Capital. El presidente brasileño agregó que “no es posible resolver los problemas de la Amazonia sin resolver los problemas estructurales” que afectan a los 50 millones de personas que viven en la región, entre ellos, los del acceso a agua potable y alimentos.

El presidente brasileño manifestó que tiene la intención de que los países terminen esta cumbre con “una posición común” para llevar a la próxima Cumbre del Clima, la COP 28, que comenzará el 30 de noviembre en Dubái. Señaló que la Amazonia “no es un tesoro para ser saqueado” en beneficio de “unos pocos”, y consideró que sí puede ser un “pasaporte” para que los países de la región establezcan una nueva relación con el mundo, según citó la agencia Efe. El presidente, además, llamó a dotar de recursos propios a la OTCA y a “revitalizar” el Parlamento Amazónico.

Petro, por su parte, propuso crear un tribunal internacional ambiental para juzgar los delitos de ese tipo que se cometan en la zona, y establecer un tratado militar de defensa regional, que definió como una especie de “OTAN amazónica”. “Si el motor de la Amazonia es cada vez más ilegal y representa un crimen contra la humanidad, ¿cómo defendemos la vida? Con razones, pero también con armas”, dijo. El presidente colombiano propuso también la creación de un “centro común de investigación científica” enfocado en la selva tropical, y argumentó contra el uso de energías fósiles como carbón, petróleo y gas.

A su vez, Luis Arce, el presidente de Bolivia, advirtió contra el capitalismo, que “está poniendo en riesgo a la humanidad y a la naturaleza”. Dijo que “sus formas de interacción tratan de sacar el mayor provecho de las fuerzas de trabajo explotando a la naturaleza como si esta fuera infinita”.

Advirtió también contra los intereses de Estados Unidos y Europa y llamó a respetar la soberanía de los países amazónicos. “Es estrategia para Estados Unidos la instalación de bases militares en la región. Nos debe llamar la atención esa misión. También es preocupante que Europa esté en la misma posición”, dijo. Por otra parte, abogó por trabajar de manera coordinada para frenar la deforestación, que se encuentra en “niveles alarmantes”, y para esto consideró necesario enfrentar las actividades extractivas como la minería ilegal o la tala de madera.

También la presidenta peruana propuso “una alianza firme y clara para frenar los delitos ambientales, en especial la tala y la minería ilegal, el tráfico de drogas y especies y la contaminación”.

Boluarte dijo también que “la democracia, para que sea efectiva, tiene que incluir a los más vulnerables”, y consideró que “la prioridad tiene que ser responder a las necesidades de bienestar de nuestras comunidades que habitan en esta región”, porque “la pobreza y la desigualdad son más críticas” en la Amazonia.