El primer ministro haitiano, Ariel Henry, volvió a pedirle a la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que avale una intervención internacional para reforzar la seguridad en su país, donde las pandillas tomaron el control de varios territorios, empezando por Puerto Príncipe, la capital.

Desde hace meses Henry viene reiterando esta solicitud, que en los últimos días recibió el apoyo de varios países, entre ellos el de Kenia, que se ofreció a liderar una misión de ese tipo.

“La vida cotidiana del pueblo haitiano es difícil, por lo que el Consejo de Seguridad debe actuar urgentemente autorizando el despliegue de una misión multinacional policial y militar de apoyo a la seguridad”, dijo Henry la semana pasada en la Asamblea General de la ONU. El gobernante señaló que ese sería un primer paso, pero aclaró que para solucionar esta crisis debe resolverse la situación de “pobreza extrema” que lleva a los jóvenes a sentirse “tentados” a unirse a las bandas armadas, según citó Efe.

También el presidente de Kenia, William Ruto, llamó a la ONU a “preparar con urgencia un marco adecuado” para el despliegue de esa fuerza, que sería integrada por varios estados. Si bien no se trataría de una misión de paz, sino de una fuerza de apoyo policial que respondería a la Policía haitiana, según aclaró la ONU, sí podría contar con el visto bueno del Consejo de Seguridad.

Ruto pidió a ese órgano que “contribuya positivamente” a esta iniciativa, y calificó lo que ocurre en Haití como “el inmenso sufrimiento del amargo legado de la esclavitud, el colonialismo, el pillaje y el abandono como nación, que lo forzó a emprender una dolorosa lucha por la independencia”. Declaró que está “descartada” la posibilidad de “no hacer nada” ante el “aislamiento histórico, descuido y traiciones a ese pueblo”.

El gobierno de Kenia ya se comprometió a enviar a 1.000 funcionarios para participar en esta misión, y señaló que estos estarían al mando de la Policía de Haití. Por su parte, Estados Unidos anunció su disposición a aportar hasta 100 millones de dólares, además de otros 65 millones que serían destinados a “profesionalizar” a la Policía local. De acuerdo con la agencia AFP, Estados Unidos brindaría apoyo en transporte aéreo, comunicaciones, alojamiento y otros aspectos logísticos, pero en principio no apoyaría la intervención con personal.

Para tratar esta propuesta, el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, se reunió con Ruto días atrás, aprovechando su presencia en Nueva York para participar en la Asamblea General de la ONU. “Con nuestro apoyo, esta misión puede desplegarse en cuestión de meses, y no tenemos tiempo que perder”, dijo Blinken. “La seguridad y el futuro del pueblo haitiano y de toda la región dependen de la urgencia de nuestra actuación”, agregó el jefe de la diplomacia de la Casa Blanca.

Por su parte, el encargado para América Latina del Departamento de Estado estadounidense, Brian Nichols, dijo que “hay un respaldo mayoritario” al envío de esta misión, y manifestó que espera que el Consejo de Seguridad trate el asunto durante esta semana. Según Estados Unidos, la iniciativa cuenta con el apoyo de unos diez o 12 países, y algunos de ellos, como Jamaica, Bahamas y Antigua y Barbuda aportarían personal. La misión también ha sido reclamada públicamente por el gobierno de República Dominicana, que considera que su propia seguridad está afectada por la situación del vecino Haití.

Blinken también mantuvo una reunión con Henry y el jefe de la diplomacia de Kenia, Alfred Nganga Mutua. Según informó la agencia AFP, en la apertura de ese encuentro, el secretario de Estado estadounidense aclaró que “esta misión de apoyo no sustituirá a los avances en el terreno político”, pero “podrá ayudar a crear un espacio propicio para que Haití avance”. En su opinión, “no hay tiempo que perder”.

De acuerdo con la ONU, la violencia de las pandillas dejó más de 2.400 muertos desde que comenzó este año, y más de 165.000 desplazados internos, en su mayoría en las zonas cercanas a Puerto Príncipe. A esta situación se agrega que más de cuatro millones de los 11 millones de habitantes del país sufren hambre aguda, según el Programa Mundial de Alimentos.

Henry afirmó que en su país “la democracia está en peligro” y recordó que los delitos cometidos por las bandas armadas incluyen “secuestros, saqueos, incendios, las recientes masacres, violencia sexual y sexista, tráfico de órganos, trata de personas, homicidios, ejecuciones extrajudiciales, reclutamiento de niños soldados y bloqueo de carreteras”.

“Pido apoyo”, dijo el primer ministro, “para que podamos pasar página a esta época oscura de nuestra historia”. Manifestó que el despliegue de una fuerza de seguridad “sigue siendo esencial para crear un entorno en el que el Estado pueda volver a funcionar”.