Las autoridades de la República de Artsaj, denominación dada por los armenios a la región de Nagorno-Karabaj, comunicaron este jueves el desmantelamiento de todas las instituciones estatales de la entidad antes de fin de año, e informaron que el estado separatista, cuyo reconocimiento internacional era prácticamente nulo, dejará de existir a partir del primer día del año que viene.

La decisión, de acuerdo a lo que informó la cadena Al Jazeera, se efectivizó en un decreto firmado por el presidente de la región, Samvel Shakhramanian, al tiempo que prosigue sin pausa el éxodo de la población armenia que habitaba en el enclave, que la semana pasada quedó bajo control total de Azerbaiyán luego de una contundente ofensiva militar, que quebró por completo la resistencia de los armenios de Artsaj.

Si bien el gobierno azerí, que preside Ilham Aliyev, había manifestado que permitiría a los habitantes de Nagorno-Karabaj “movimiento libre, voluntario y sin obstáculos” en la zona, la enorme mayoría, con una obvia desconfianza, está dejando la región, históricamente habitada por los armenios. Se estima que de los 120.000 pobladores que vivían en este pequeño enclave de 3.170 kilómetros cuadrados, cerca de 80.000 ya se encuentran en Armenia, luego de desplazarse por el corredor de Lachín, única vía por la cual se conecta Artsaj con el territorio armenio.

Pero no todos los armenios que parten desde Nagorno-Karabaj hacia Armenia pueden llegar, ya que las autoridades azeríes están deteniendo a autoridades políticas del enclave.

El miércoles se informó sobre el arresto de Ruben Vardanyan, un empresario que fue durante un año ministro de Estado de Artsaj. El exjerarca fue acusado de “financiar el terrorismo, participar en la creación y actividades de organizaciones o grupos armados no previstos por la legislación de Azerbaiyán”, por lo que puede enfrentar una pena de más de diez años de prisión.

Medios armenios informaron el jueves que un asesor del presidente de Artsaj decidió presentarse voluntariamente ante las autoridades azeríes. Se trata de David Babayan, quien en el texto que publicó antes de entregarse expresó: “Mi falta de comparecencia, o peor aún, mi fuga, causará graves daños a nuestra sufrida nación, a muchas personas, y yo, como persona honesta, trabajadora, patriota y cristiana, no puedo permitirlo”.