Motivados por una diversidad de reclamos, agricultores se han manifestado en varios países europeos durante las últimas semanas. En Francia amenazaron este lunes con “sitiar” París, lo que llevó al presidente Emmanuel Macron a organizar una reunión de crisis con ministros clave del gabinete.

Por su parte, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, dijo que se movilizaron 15.000 policías para impedir que los tractores entraran a la capital y otras ciudades y para mantener abierto el aeropuerto Charles de Gaulle. Advirtió a los agricultores que bloquear el mercado de la localidad de Rungis, que proporciona el 60% de la comida fresca a París, sería cruzar una línea roja, según informó The Guardian.

Los agricultores franceses bloquearon este lunes las rutas principales en torno a París, entre ellas la A13 al oeste de la ciudad, la A4 al este y la A6, que une la capital con Lyon, según informó France 24. Un tractor llevaba una pancarta con el lema “No moriremos en silencio”, y una agricultora, Karine Duc, del departamento Lot-et-Garonne, declaró a AFP: “Esta es la última batalla para la agricultura. Es una cuestión de supervivencia”.

Según informó Associated Press, los agricultores franceses afirman que la guerra en Ucrania causó incrementos en los precios de los fertilizantes, la energía y otros recursos esenciales para la producción de cultivos y el ganado, lo que ha reducido sus ingresos. Además, algunos afirman que el sector agrícola francés está sobrerregulado y sufre por la importación de alimentos de otros países, donde los agricultores no enfrentan precios tan altos ni restricciones tan estrictas.

Uno de ellos, Arnaud Rousseau, presidente de la Federación Nacional de Sindicatos de las Explotaciones Agrarias, dijo que el aumento de exportaciones de azúcar ucraniana a Europa desde el principio de la guerra en Ucrania es “insostenible” para los agricultores europeos.

Las protestas de ese sector también continuaron este lunes en Alemania. Según informó Hamburger Abendblatt, agricultores en Hamburgo bloquearon las carreteras con tractores y causaron largos embotellamientos de tránsito. La Policía local publicó en X que los manifestantes casi se habían retirado, pero que habían llegado a acumularse unos 550 vehículos en la plaza de Theodor Heuss. Ese medio publicó que las manifestaciones que bloqueaban rutas fueron disueltas por la Policía, pero el tránsito continuaba afectado, por lo que llamó a evitar la zona.

Un portavoz de la Policía, Patrick Schlüse, dijo a Hamburger Abendblatt que iniciarían procedimientos por infracción administrativa contra algunas de las personas que participaron en los bloqueos.

Según explicó la BBC, los agricultores alemanes protestan contra la eliminación gradual de exoneraciones de impuestos que se aplican al petróleo para el sector.

También este lunes, los agricultores bloquearon parte de la principal carretera de circunvalación en Bélgica durante la hora pico. Según informó Brussels Times, utilizaron tractores y causaron embotellamientos de más de una hora. Originalmente, su plan era que los tractores se fueran después de la hora pico, pero Guillaume van Binst, secretario general de la federación de jóvenes agricultores, dijo que era probable que el bloqueo continuara hasta el final del día.

Protestas parecidas también han tenido lugar en Rumania en las últimas dos semanas, y camiones y tractores han interrumpido el tránsito, según informó Al-Jazeera. Trabajadores del sector agrícola presentaron al gobierno 47 demandas en un documento de 20 páginas, entre ellas una reducción en los impuestos al diésel, una reducción del seguro obligatorio de responsabilidad civil para vehículos y el fin de lo que, afirman, es competencia injusta de Ucrania.

Agricultores polacos también están protestando, en su caso contra el Pacto Verde, una política de la Unión Europea que a su entender perjudica a la agricultura local, y contra el impacto del sector ucraniano de la alimentación. El viceministro de Agricultura polaco, Stefan Krajewski, dijo el miércoles en una rueda de prensa: “Entendemos estas protestas, que no se dirigen hacia el gobierno polaco, sino a las restricciones impuestas por Bruselas”.