Varios países miran con atención la crisis que se desató esta semana entre Irán y Pakistán, dos estados vecinos y dueños de arsenales poderosos.
El martes Irán lanzó dos ataques en la provincia de Baluchistán, en el oeste de Pakistán, que mataron a dos niños y dejaron heridos a otros tres, según funcionarios paquistaníes. De acuerdo con Irán, los objetivos no eran civiles sino milicianos de Yeish al Adl [Ejército de la Justicia], un grupo sunita que ha lanzado ataques en territorio iraní.
Los atentados de Yeish al Adl en Irán se registran desde 2012, poco después de que el grupo fuera creado, en 2010, como una organización que reivindica la independencia de la provincia iraní de Sistán y Baluchistán, donde vive la minoría étnica baluchi, informó la agencia Efe. Lo que históricamente fue Baluchistán hoy está repartido en varios países.
En el más reciente de los ataques de Yeish al Adl en territorio iraní murieron 11 policías. Este hecho fue un argumento de Irán para lanzar el ataque aéreo del martes, que Pakistán calificó de un “acto ilegal y una violacion no provocada de su espacio aéreo”. El gobierno paquistaní retiró su embajador en Irán y advirtió que respondería.
Este jueves, fue el ejército de Pakistán el que bombardeó en Irán. Argumentó que sus misiles estaban dirigidos a “escondites terroristas” en la provincia de Sistán y Baluchistán, y que fueron lanzados en una acción para proteger su “seguridad e interés nacional” ante la “falta de acción” de Irán contra grupos insurgentes.
“Pakistán ha llevado a cabo esta mañana una serie de ataques militares de precisión altamente coordinados y específicamente dirigidos contra escondites terroristas en la provincia iraní de Sistán y Baluchistán”, informó su Ministerio de Relaciones Exteriores.
De acuerdo con Pakistán, este ataque estaba dirigido contra el Ejército de Liberación Baluchi y el Frente de Liberación Baluchi, milicias que operan en territorio de su país. En un comunicado oficial, el gobierno paquistaní manifestó que “respeta plenamente la soberanía y la integridad territorial de la República Islámica de Irán”. Lo mismo le había transmitido Irán a Pakistán un día antes.
Según el gobernador de Sistán y Baluchistán, Alireza Marhamati, en el ataque murieron tres mujeres y cuatro niños, y ninguna de las víctimas era ciudadano iraní, informó Europa Press. Ante esa agresión, Irán convocó al encargado de negocios de Pakistán en su país.
La crisis impulsó el regreso anticipado a Pakistán del primer ministro, Anwaarul Haq Kakar, que se encontraba en el Foro Económico Mundial de Davos, y del canciller Jilani, que participaba en una cumbre del Movimiento de Países No Alineados en Uganda.
Rusia llamó a Irán y Pakistán a resolver esta disputa por medios pacíficos. “Observamos con alarma la creciente escalada de la situación en la zona fronteriza irano-paquistaní. Llamamos a las partes a la máxima contención y a solucionar las inquietudes que surgen por medios exclusivamente político-diplomáticos”, manifestó la portavoz de la cancillería rusa, María Zajárova.
En un comunicado, Zajárova advirtió que “toda operación antiterrorista fuera de los límites territoriales soberanos debe efectuarse con base en acuerdos y de modo coordinado entre las autoridades de los países implicados”. Manifestó la voluntad de Rusia de favorecer el entendimiento y agregó que “el agravamiento de la situación favorece a quienes no están interesados en la paz, estabilidad y seguridad en la región”.
También China ofreció “desempeñar un papel constructivo” en el vínculo entre los dos países y abogó por resolver la situación “de acuerdo con la Carta de las Naciones Unidas, los principios del derecho internacional y el respeto y la protección de la soberanía, la independencia y la integridad territorial de cada país”, según comunicó en una conferencia de prensa la portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores chino, Mao Ning.
“Irán y Pakistán son países vecinos, también son países amigos de China y tienen una gran influencia”, señaló, y transmitió la voluntad de Pekín de que “eviten que la situación se agrave”.
La Unión Europea dijo este jueves que está “gravemente preocupada por la espiral de violencia en Oriente Medio y, más allá, ahora también en el sur de Asia, que ha causado numerosas víctimas civiles inocentes”. Así lo expresó el vocero de la Comisión Europea para asuntos exteriores, Peter Stano. Manifestó que estos ataques “preocupan enormemente a la Unión Europea porque violan la soberanía y la integridad territorial de los países y tienen un efecto desestabilizador en la región”.