Las tensiones entre los gobiernos de Venezuela y Brasil siguen en aumento, luego de que el miércoles el Ejecutivo que encabeza Nicolás Maduro decidiera llamar en consultas a su embajador en Brasilia, Manuel Vadell, después de que la diplomacia brasileña decidiera no apoyar el ingreso de Caracas en el bloque de los BRICS durante la cumbre de este organismo que se celebró la semana pasada en la ciudad rusa de Kazán.
Además, de acuerdo a lo que informó Radio Francia Internacional, el gobierno venezolano decidió llamar de manera urgente a una reunión al encargado de negocios brasileño en el país, Flávio Mancieira, para reclamarle directamente por las declaraciones que dio Celso Amorim, asesor especial del presidente Luiz Inácio Lula da Silva sobre Venezuela.
En un comunicado, la cancillería venezolana reprochó lo que calificó de “recurrentes declaraciones injerencistas” de Amorim sobre Venezuela, y dijo que está actuando como un “mensajero del imperialismo”.
En el comunicado, la cancillería del gobierno de Maduro también sostuvo que están siendo objeto de una “agresión constante” de Itamaraty y señaló como una actitud “antilatinoamericana” que Brasil le impidiera a Venezuela ingresar al bloque de los BRICS.
Actualmente esta asociación de países emergentes está integrada por Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica, Egipto, Emiratos Árabes Unidos, Irán y Etiopía. La semana pasada, en la cumbre de Rusia, se invitó a integrarse al bloque como miembros asociados a Argelia, Bielorrusia, Bolivia, Cuba, Indonesia, Kazajistán, Malasia, Nigeria, Tailandia, Turquía, Uganda, Uzbekistán y Vietnam.
La cancillería de Caracas argumentó en un comunicado que su candidatura a integrarse a los BRICS contó con el “respaldo y apoyo de los países participantes en esta cumbre para la formalización de su ingreso a este mecanismo de integración”, pero “la representación de la cancillería brasileña (Itamaraty), liderada por el embajador Eduardo Paes Saboia, decidió mantener el veto que [el expresidente Jair] Bolsonaro aplicó a Venezuela durante años”.
Esta acción, según el Ministerio de Relaciones Exteriores del gobierno de Maduro, “constituye una agresión a Venezuela y un gesto hostil”. Además, Caracas describió el veto brasileño como “inexplicable e inmoral”.
Tras el regreso de Lula al gobierno brasileño en enero de 2023, Venezuela y Brasil retomaron las relaciones diplomáticas que habían quedado congeladas durante el gobierno del ultraderechista Bolsonaro.
Sin embargo, la relación entre los gobiernos se tensó en los últimos meses, después de la cuestionada reelección en julio del presidente Nicolás Maduro entre denuncias de fraude. La autoridad electoral lo proclamó ganador sin mostrar el detalle del escrutinio, alegando un jaqueo al sistema.
Amorim estuvo presente en esas controvertidas elecciones y afirmó que en conversaciones con el presidente Maduro y con otras altas autoridades del país le garantizaron que mostrarían el detalle de las actas de votación, en las que se demostraría la legalidad del triunfo oficialista. Pero el Consejo Nacional Electoral de Venezuela jamás mostró dichas actas, lo que no hizo otra cosa que aumentar las sospechas de que los comicios fueron fraudulentos.
A este tema se refirió Amorim en una entrevista que brindó esta semana al diario brasileño O Globo. “La cuestión con Venezuela no tiene que ver con la democracia, sino con un quiebre de confianza. Nos dijeron una cosa y no fue hecha”, argumentó el asesor de Lula.