Una serie de abusos perpetrados por agentes de la Policía Militar (PM) del estado de San Pablo en los últimos meses está impactando duramente en la imagen del gobernador Tarcísio de Freitas, integrante del Partido Republicanos y uno de los nombres que suenan con más fuerza para ser candidato de la derecha brasileña en las elecciones de 2026.

El episodio más reciente ocurrió en la madrugada del lunes en el barrio Cidade Ademar de la capital paulista, donde un policía fue captado por cámaras de seguridad mientras lanzaba desde lo alto de un puente de tres metros de altura a un repartidor en moto al que habían detenido y reducido en un control de rutina. El agredido resultó herido, pero sobrevivió a la caída y fue trasladado por vecinos a un hospital cercano.

También esta semana, un mayor de la PM que estaba en su día libre fue filmado por las cámaras de un almacén en la localidad de Jacareí, en el interior del estado, mientras apaleaba al funcionario que atendía el local y destruía botellas y otros productos. La revista Carta Capital informó que en la noche del miércoles en Barueri, en las afueras de San Pablo, una mujer de 63 años llamada Lenilda Lima fue agredida con una cachiporra en la cabeza en el marco de un operativo en su casa en el que los efectivos, que estaban averiguando por los documentos de una moto, golpearon también al hijo y al nieto de Lima.

Otro caso grave se dio a comienzos de noviembre, cuando otro efectivo policial asesinó de 11 balazos en la espalda a un joven negro que había robado paquetes de jabones en un supermercado en el barrio paulista de Jardim Prudência.

Si bien el gobernador Freitas en principio minimizó la sucesión de casos de violencia protagonizados por los policías, que en todas las oportunidades fueron separados de sus cargos y puestos a disposición de la Justicia, este jueves en una conferencia de prensa admitió que hay una crisis en la PM. De acuerdo a lo que consignó el portal Metrópoles, el jerarca afirmó que hay que tener “humildad” y reconocer que “algo no está funcionando”.

Freitas, de 49 años, quien es una figura muy cercana al expresidente Jair Bolsonaro y fue ministro de Infraestructura durante el mandato del exmilitar, atribuyó los episodios de violencia policial a la “falta de capacitación”.

“Cuando empezamos a ver incumplimientos reiterados en los procedimientos, vemos que en realidad hay una transgresión disciplinaria, una falta de formación. Son cosas que escandalizan a todos y a nosotros también nos escandalizan. Estamos sumamente molestos y tristes”, dijo Freitas. “Cuando suceden estos casos, se mancha demasiado a la institución. Entonces es hora de ser humildes: algo no funciona”, agregó el gobernador.

Consultado sobre la posibilidad de hacer modificaciones en el mando de la PM, Freitas salió en defensa del actual comandante, Cássio Araújo de Freitas, y dijo que “en tiempos de crisis, no es el momento de hacer cambios”.

“Debemos rediseñar lo que tenemos. Lo que debemos hacer es compararnos con otras policías del mundo. Tenemos que intensificar la formación y también la incorporación de nuevo equipamiento”, expresó.

Ante la sucesión de casos de violencia policial, Freitas destacó la importancia de que los efectivos de la PM usen cámaras corporales para registrar los operativos y reconoció que en el pasado tenía una opinión “equivocada” sobre el tema.

“Yo era una persona que estaba completamente equivocada en este tema. Hoy estoy plenamente convencido de que es un instrumento para proteger a la sociedad y a la Policía. No sólo mantendremos el programa, sino que también lo ampliaremos”, dijo sobre las cámaras.

Durante la campaña electoral de 2022 en la que resultó electo, Freitas, quien es militar e ingeniero, llegó a decir que “pondría fin” al equipamiento adjunto a los uniformes policiales.

En su contacto con los medios de este jueves, el gobernador dijo que no reemplazará las cámaras corporales que utiliza actualmente la PM, que graban de forma ininterrumpida, sin necesidad de ser activadas.

Las 12.000 nuevas cámaras adquiridas por el gobierno estadual de San Pablo, que se espera que entren en funcionamiento el año que viene, permitirán a los agentes decidir cuándo grabar y cuándo no.

De todos modos, Freitas dijo que la idea es que por el momento se sigan utilizando las cámaras actuales. “Comenzamos un período de prueba. Mientras no estemos seguros de la tecnología, no discontinuaremos las cámaras que están funcionando”, sentenció.