El primer ministro del gobierno de transición de Siria, Mohamed al Bashir, llamó este miércoles a las personas que se fueron del país como consecuencia de la guerra civil a que retornen.

“Siria es ahora un país libre que ha recuperado su orgullo y dignidad. Vuelvan. Necesitamos reconstruir y necesitamos la ayuda de todos”, expresó el político en una entrevista con el diario italiano Corriere della Sera.

Además, Bashir, intentando generar sensación de calma en un país extenuado y destrozado después de 13 años de guerra civil, dijo que “los derechos de todas las personas y todas las sectas en Siria” estarán garantizados.

La guerra en Siria llevó a una de las crisis humanitarias más graves del mundo en los últimos años. La mitad de la población del país –13 millones de personas– tuvo que abandonar sus hogares, siete millones quedaron desplazados dentro del país y seis millones emigraron en condición de refugiados.

La guerra conllevó además una enorme crisis económica, por lo que actualmente se estima que el 90% de la población siria vive en la pobreza.

Se estima que 13 millones de sirios dependen de ayudas externas para poder alimentarse cada día, entre ellos un tercio de los niños del país.

Se estima que desde 2011, en el marco de los combates, murieron aproximadamente 620.000 personas, 165.000 de ellas civiles.

Además, según cifras publicadas por la cadena qatarí Al Jazeera, el gobierno de Bashar al Assad detuvo desde el comienzo de la guerra a 160.000 personas, 113.000 desaparecieron y al menos 15.000 fueron torturadas hasta la muerte por las fuerzas represivas del régimen.

Esta enorme represión fue motivo, este miércoles, de una declaración de Ahmed al Sharaa, antes conocido por su nombre de guerra Abu Mohammed al Golani, el comandante de la organización islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS).

Al-Sharaa dijo que los responsables de torturas y asesinatos en el tenebroso sistema penitenciario de Siria no evadirán la Justicia, después de que la apertura de los centros de detención revelara el alcance de los crímenes del régimen contra sus opositores.

“No se concederán indultos ni amnistías a los funcionarios del régimen implicados”, dijo Al Sharaa en un comunicado publicado en Telegram.

“Los perseguiremos en Siria y pedimos a los países que entreguen a los que huyeron para que podamos hacer justicia”, dijo el líder de la facción islamista que, tras una rápida ofensiva, logró derrocar a Al Assad, que huyó con su familia a Moscú.

El diario británico The Guardian informó que muchos funcionarios de alto rango del gobierno depuesto huyeron al exterior, pero también se cree que algunos están escondidos en la costa siria sobre el mar Mediterráneo, donde el apoyo al régimen tradicionalmente fue fuerte.

El enorme rechazo que generaba Al Assad en vastos sectores de la sociedad siria se reflejó este miércoles en una acción llena de contenido simbólico.

En la ciudad de Qardaha, en el noroeste del país, un grupo de combatientes ingresó e incendió la tumba de Hafez al Assad, el padre de Bashar, quien gobernó el país desde 1971 hasta su muerte en el año 2000.

Pero después de años de guerra, la paz todavía no es total en Siria, porque en la zona fronteriza con Turquía prosiguen los combates entre las fuerzas turcas y los kurdos y, además, Israel sigue bombardeando de manera constante las instalaciones militares.

Según fuentes israelíes, en los últimos días se produjeron cerca de 500 ataques aéreos en todo el territorio sirio, incluida Damasco, la capital del país. Entre los objetivos alcanzados se encontraban dos instalaciones navales donde estaban atracados 15 buques.

Autoridades israelíes, que pretenden debilitar al máximo las capacidades militares de un vecino tradicionalmente hostil y que ahora será gobernado por una facción que en sus orígenes fue la rama siria de Al Qaeda, dijeron que sus ataques ya destruyeron más del 80% de las capacidades militares de Siria.

Además, las tropas israelíes están aprovechando el momento para adentrarse en los Altos del Golán ocupados, con la finalidad de asegurarse el control de esa zona fronteriza estratégica.