La frágil tregua acordada la semana pasada entre Israel y la organización chiita libanesa Hezbolá fue violentada en las últimas horas con ataques mutuos entre las partes, que causaron el temor de una nueva escalada.
Desde que entró en vigor el alto el fuego, el miércoles, las fuerzas israelíes hicieron ataques “preventivos” sobre posiciones de Hezbolá, acusando a la milicia proiraní de estar violando el acuerdo.
El lunes la organización islámica reivindicó un ataque sobre posiciones militares israelíes en la zona fronteriza, acción que provocó que el primer ministro Benjamin Netanyahu prometiera una “respuesta contundente”. Efectivamente, algunas horas después, según lo que informaron desde el ejército israelí, se informó sobre ataques contra “terroristas de Hezbolá” y contra su infraestructura. Los bombardeos fueron los más importantes sobre el territorio libanés desde que entró en vigor la tregua.
Las autoridades sanitarias de Líbano denunciaron que nueve personas habían sido asesinadas por ataques de Israel en las poblaciones de Haris y Talousa, en el extremo sur del país.
Desde el fin de semana las autoridades libanesas pedían la intervención de Estados Unidos y Francia, garantes del acuerdo, ante las evidentes violaciones que se estaban produciendo. Sobre este tema, el domingo, medios de prensa israelíes informaron que representantes del gobierno francés habían acusado al gobierno de Netanyahu de violar el alto el fuego en 52 oportunidades.
Pero pese a los bombardeos mutuos, funcionarios israelíes y libaneses confirmaron a la Casa Blanca que pretenden que el acuerdo firmado siga vigente, de acuerdo a lo que informó el portal estadounidense Axios con base en declaraciones de personas cercanas a las negociaciones.
Sigue el fuego sobre Gaza
Donde no existe tregua ni posibilidad de que se concrete es en la Franja de Gaza, donde todos los días ataques israelíes matan a decenas de personas, en particular en la zona norte del enclave, que desde hace dos meses está siendo el objetivo de una intensa campaña que tiene como finalidad dejar esta región deshabitada.
Pero este lunes la tensión se trasladó al sur, más precisamente a varias zonas de la ciudad de Jan Yunis, que el ejército israelí llamó a evacuar luego de que fuera interceptado un cohete disparado desde ese lugar hacia Israel.
En Gaza se estima que todavía quedan cerca de 100 de los más de 200 rehenes israelíes que fueron secuestrados en el ataque del 7 de octubre del año pasado que dio comienzo a la actual guerra.
Sobre este tema se expresó este lunes de manera contundente el presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. En un mensaje publicado en Truth, la red social de su propiedad, el líder republicano expresó: “Todo el mundo habla de los rehenes que están siendo retenidos de forma tan violenta, inhumana y contra la voluntad de todo el mundo, en Medio Oriente. ¡Pero todo son palabras y nada de acción! Por favor, que esta verdad sirva para dejar claro que si los rehenes no son liberados antes del 20 de enero de 2025, fecha en la que asumiré con orgullo el cargo de Presidente de los Estados Unidos, aquellos que perpetraron estas atrocidades contra la Humanidad pagarán un precio infernal. Los responsables se verán afectados con mayor dureza que nadie en la larga historia de los Estados Unidos de América. ¡LIBEREN A LOS REHENES AHORA!”.
Por otra parte, en las últimas horas generaron muchas repercusiones dentro de Israel declaraciones realizadas por el exministro de Defensa, Moshe Yalón, quien también fue jefe del Estado Mayor del Ejército, quien dijo sin ambages que lo que estaban haciendo las fuerzas israelíes en el norte de Gaza es una “limpieza étnica”.
En declaraciones a la cadena israelí Democrat TV, el exintegrante del Likud dijo: “El camino al que estamos siendo arrastrados actualmente es el de conquistar, anexar y llevar a cabo una limpieza étnica. Miren para el norte de la franja: se trasladan familias árabes y se quieren establecer asentamientos judíos. Ya no existe Beit Lahiya, ya no existe Beit Hanún”.
Actualmente, los militares están trabajando en Jabalia y básicamente están limpiando el área de árabes”, dijo el exjerarca, que fue ministro entre 2013 y 2016, cuando el primer ministro era Netanyahu.