Un día después de haber sido sometido a una cirugía intracraneal de urgencia debido a una hemorragia, el presidente Luiz Inácio Lula da Silva “continúa internado en la unidad de cuidados intensivos del Hospital Sirio Libanés de San Pablo, donde recibe tratamiento para la hemorragia intracraneal”, según informó el último parte médico difundido a través de las redes sociales del mandatario.

Lula da Silva, de 79 años, sintió la noche del lunes un dolor de cabeza que lo llevó a concurrir al centro de salud para realizarse un estudio imagenológico. Según explicó en el primer comunicado el hospital, en la resonancia magnética se vio una hemorragia intracraneal, por lo que Lula fue operado de urgencia.

Según los médicos, el sangrado se localizó entre el cerebro y duramáter, la membrana meninge exterior que protege al sistema nervioso central. La cirugía duró alrededor de dos horas y, según informó el neurocirujano Marcos Stavale ayer en una rueda de prensa, el sangrado “fue removido, y el cerebro está descomprimido y con funciones neurológicas preservadas”.

El hematoma fue provocado por una caída que tuvo el presidente el pasado 19 de octubre en el Palacio de la Alvorada, residencia oficial de la presidencia brasileña en Brasilia, por la cual recibió cinco puntos de sutura en la nuca.

En la rueda de prensa del martes, los médicos ofrecieron más detalles acerca de la hemorragia, que estaba en la región del lóbulo frontal, detrás de la frente, y del lóbulo parietal, detrás del frontal, pese a que Lula se golpeó la nuca. Esto sucede, según los médicos, porque el hematoma es causado por el “tirón” del cerebro en el golpe: “Cuando te golpeás la cabeza y te sacudís de un lado a otro, el sangrado no está en el lugar del golpe. Es causado por el movimiento cerebral, porque el cerebro se desplaza dentro del cráneo”, explicó Stavale.

El nuevo parte detalla que el mandatario “evolucionó bien en el postoperatorio inmediato, sin complicaciones. Está lúcido, orientado, hablando y pasó bien la noche”.

De todos modos, continuará con drenaje “mientras espera nuevos exámenes de rutina”. Según el medio brasileño O Globo, con base en la información del equipo médico, se espera que el presidente vuelva a Brasilia a principios de la próxima semana y, por orden médica, tiene prohibido recibir visitas de trabajo en el hospital.

Mientras tanto, sigue bajo la supervisión del equipo médico y acompañado por la primera dama, Rosângela Janja da Silva.