La inmigración ilegal es el principal tema de preocupación de los estadounidenses, según una encuesta publicada esta semana.

Este estudio, de la empresa Gallup, señala que el fenómeno encabeza las inquietudes para 28% de los habitantes de Estados Unidos y agrega que para 55% de ellos “el gran número de inmigrantes que ingresan ilegalmente” al país son una amenaza para los intereses nacionales.

Con esa preocupación presente, este jueves la campaña para las primarias estadounidenses se trasladó al estado fronterizo de Texas. Allí llegaron el presidente estadounidense, Joe Biden, que busca la reelección por el Partido Demócrata, y el exgobernante Donald Trump, que compite por la candidatura del Partido Republicano.

Su llegada coincidió con la noticia de que la Justicia suspendió la entrada en vigor de una cuestionada ley migratoria impulsada en Texas por el gobernador republicano Greg Abbott.

La norma, que iba a aplicarse a partir del lunes, permitía a las autoridades detener y expulsar a aquellas personas que sean sospechosas de haber ingresado en forma ilegal al país, sin siquiera evaluar si corresponde darles asilo.

Además, castiga con hasta 20 años de prisión a los inmigrantes irregulares que sean reincidentes.

Los críticos de esta ley ponen en duda su constitucionalidad y argumentan que abrirá paso a una persecución contra las personas de origen latinoamericano que residen en Texas.

Trump responsabiliza al gobierno de Biden de haber causado una crisis migratoria en el país, y afirma que si llega a la presidencia hará deportaciones masivas de inmigrantes.

En su red, Truth Social, el magnate de 77 años dijo que “la invasión fronteriza está destruyendo” a Estados Unidos y prometió la “mayor deportación de criminales ilegales en la historia” de su país.

A su vez, Biden les recrimina a los republicanos que rechazaron en el Congreso una propuesta sobre inmigración que él presentó a comienzos de su mandato. Esa iniciativa agilizaba la deportación de los migrantes que no son admitidos como refugiados y dificultaba el acceso al sistema de asilo.

Tanto Biden como Trump llegaron a Texas después de ganar sus respectivas primarias en Michigan, el martes. En la del Partido Republicano, Trump obtuvo 66% frente al 28% de su rival, la exgobernadora de Carolina del Sur, Nikki Haley, y consolidó su liderazgo.

En la votación demócrata, Biden es el único candidato con posibilidades de ganar, algo que es frecuente cuando un presidente se postula a la reelección. Obtuvo casi 80% de los votos, mientras que su único rival, el congresista Dean Phillips, quedó por debajo del 3%.

De todos modos, en Michigan, estado en el que hay una pujante comunidad musulmana, el presidente debió enfrentarse a un llamado a votar en blanco en rechazo al papel que ha jugado su gobierno en la guerra en Gaza, al respaldar la ofensiva de Israel y oponerse a un cese del fuego. En ese estado, 14,6% de los demócratas marcaron en su papeleta la casilla “uncommitted” (no comprometido), que equivale al voto en blanco, informó la agencia Efe.

Otro factor que juega en contra de Biden, de 81 años, es la preocupación que genera su edad avanzada según las encuestas. En un informe reciente, además, un fiscal que lo investigó por sospechas de haber manejado mal documentos secretos afirmó que la memoria del presidente está deteriorada.

Por eso esta vez tuvo mayor repercusión el estudio médico de rutina al que Biden se somete cada año. El médico oficial del presidente, Kevin O’Connor, manifestó en su informe que el líder demócrata se encuentra bien de salud y en condiciones de ejercer su cargo. “El presidente Biden es un hombre sano, activo y robusto de 81 años, que sigue en condiciones de ejecutar con éxito las funciones de la presidencia”, concluye el documento, difundido por la Casa Blanca.

El médico destacó que el mayor cambio médico registrado es la incorporación de una máquina para tratar la apnea del sueño que comenzó a utilizar este año.

Trump tiene sus propios problemas. En su caso, las varias causas judiciales que enfrenta. El miércoles, un juzgado local ordenó a la Junta Electoral del estado de Illinois que elimine su nombre de las listas para las primarias del 19 de marzo por su papel en el asalto al Capitolio, en 2021.

Medidas similares ya se habían tomado en Colorado y Maine, y fueron recurridas por el equipo de campaña del exgobernante. Está pendiente que la Corte Suprema se pronuncie acerca de si a Trump se le aplica o no una inmunidad presidencial frente a las acusaciones vinculadas con el asalto al Capitolio y los intentos de revertir el resultado electoral de 2020.

Con estos escollos en el camino, los candidatos llegan la semana que viene al “supermartes”, cuando votan en un mismo día 15 estados y se define un tercio de los delegados a las convenciones partidarias que deben elegir el candidato a la presidencia.

La fecha podría incidir sobre todo en la interna republicana si se ratifica que Nikki Haley cuenta con muy pocas chances de alcanzar a Trump.