La canciller mexicana, Alicia Bárcena, pidió a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que suspenda a Ecuador de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) por el ingreso a la fuerza de la Policía en la embajada de México en Quito el viernes.

Ese allanamiento, en el que fue detenido el exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, asilado en la embajada, causó la ruptura de relaciones diplomáticas entre los dos países.

México demandó ante la CIJ que la suspensión de Ecuador se mantenga “mientras no se emita una disculpa pública” que reconozca “las violaciones a los principios y normas fundamentales del derecho internacional”, y sirva así para reparar el “daño moral infligido al Estado mexicano y a sus nacionales”.

Bárcena anunció que esta acción judicial se presentó “al amparo del ordenamiento jurídico internacional” y por decisión del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador.

Su objetivo es “llevar a Ecuador a rendir cuentas por su flagrante transgresión a la inviolabilidad de nuestra embajada”, agregó. “Lo que México está haciendo por instrucciones del señor presidente es poner a prueba el sistema multilateral”, dijo, según citó el diario La Jornada.

La acción judicial también solicita, para prevenir nuevas situaciones de este tipo, que se determine que “en caso de una violación de los principios de la carta de las Naciones Unidas similar a la cometida por Ecuador”, le corresponderá a la CIJ iniciar un proceso para que el Estado que la cometa sea expulsado –no sólo suspendido– de la ONU, con base en el artículo 6 de la carta de ese organismo.

El gobierno mexicano pidió, además, que se establezca que ese tribunal puede presentar una iniciativa de expulsión “de manera rápida y expedita ante el Consejo de Seguridad de la ONU evitando el veto de sus miembros”.

En la denuncia, México acusa a Ecuador de violar la Convención de Viena con el allanamiento y de agredir a personal diplomático.

Para la canciller, “el sistema multilateral debe estar a la altura de la gravedad de los hechos”, por lo que pide “que la justicia internacional y el sistema internacional condene y sancione sin ambigüedades las graves violaciones ocurridas y se evite un precedente de impunidad”.

A su vez, López Obrador insistió en que lo “que se busca es que no se repita un hecho deleznable como el que sufrió México”, que “no se violen los locales, las embajadas de los países, en ninguna nación”.

El mandatario consideró que este “es un asunto de todos, no nada más de México”, y que otros países pueden acompañar esta denuncia. López Obrador destacó el apoyo que recibió su país en la Organización de Estados Americanos, que el miércoles aprobó una resolución en la que condena “enérgicamente” la acción de Ecuador contra la embajada.

Según informó la agencia Efe, sólo votó en contra de la moción el representante ecuatoriano, mientras que el salvadoreño se abstuvo. Después de presentada la demanda de México, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo mediante su vocero, Stéphane Dujarric, que todos los asuntos relativos a la membresía de un Estado, entre ellos una posible expulsión, dependen de los demás integrantes del organismo.

En este caso en particular, manifestó que espera que “las tensiones entre Ecuador y México sean tratadas mediante el diálogo”. Sin embargo, recordó que la ONU hizo pública su “condena por las flagrantes violaciones a la ley internacional [...] cuando la embajada fue asaltada”.

Este jueves, durante su conferencia, la canciller mexicana fue consultada por periodistas sobre las consecuencias que pueden tener estas acciones judiciales para el presidente de Ecuador, Daniel Noboa, y Bárcena respondió que, debido a la gravedad de la agresión, México está analizando posibles acusaciones penales contra funcionarios ecuatorianos.

“Hemos iniciado, todavía no hemos concluido el análisis, la posibilidad incluso de una acusación de tipo penal, en el sentido de que la violación fue de tal magnitud [que afectó] por un lado al inmueble, sin duda, pero también a las personas”, dijo Bárcena.

En imágenes difundidas por las autoridades de México se puede ver a funcionarios de la Policía pasar por encima de los muros de la embajada y entrar por la fuerza al edificio.

También se ve a uno de ellos apuntar con una pistola al jefe de la cancillería, Roberto Canseco, y a otro, ya en el exterior de la embajada, enfrentarlo físicamente para impedir que se acerque a uno de los vehículos policiales, de tal modo que el diplomático cae al piso.