El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, estuvo este jueves en Rio Grande do Sul para seguir de cerca la situación en algunos de los lugares más afectados por la peor tragedia climática en la historia del estado más sureño del país.

Según el último balance, las inundaciones y sus derivaciones causaron la muerte de 173 personas, la desaparición de 42 y el desplazamiento de más de 600.000 personas que aún no pudieron retornar a sus hogares, muchos de los cuales fueron completamente destruidos.

Los daños materiales a todo nivel, desde fábricas paralizadas, gigantescas cosechas perdidas hasta rutas completamente deshechas, superan los 2.000 millones de dólares, lo cual plantea un enorme desafío al gobierno central de Brasilia y también al del estado del gobernador Eduardo Leite, integrante del centroderechista Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB).

En su cuarta visita al territorio gaúcho desde que ocurrió la calamidad, el presidente, de 78 años, llegó a la región del Vale do Taquari, una zona situada en el centro del territorio del estado y la segunda con más productividad rural de todo Rio Grande do Sul.

Lula y su comitiva, acompañados por autoridades locales, llegaron hasta las ciudades de Arroio do Medio y Cruzeiro do Sul, ambas severamente afectadas, donde aún persisten enormes problemas en la vida diaria de sus pobladores.

“Estoy aquí, en Cruzeiro do Sul, un lugar donde las casas fueron destruidas. Casas que se construyeron con mucho sacrificio. Lo que puedo decirle a la gente de Rio Grande do Sul es lo que siempre he dicho: no están solos y ayudaremos a reconstruir el estado. Vamos a ser socios. Y lo haremos en todos los estados afectados que necesiten ayuda”, escribió el presidente en su cuenta de X.

De acuerdo a lo que informó el diario portoalegrense Zero Hora, luego de visitar, saludar y hablar con vecinos del barrio de Passo de Estrela, uno de los más golpeados de Cruzeiro do Sul, una ciudad de 12.500 habitantes, Lula quedó notoriamente sensibilizado con el escenario de destrucción que presenció. Además, el presidente remarcó que lo que sucedió fue un mensaje de la naturaleza y que no será posible volver a construir casas en algunos lugares.

En una breve entrevista que tuvo con periodistas presentes en el lugar, el líder del Partido de los Trabajadores afirmó que la reconstrucción de Rio Grande do Sul requeriría de “mucha responsabilidad”, para que nuevas unidades de salud, escuelas y viviendas se construyan en lugares seguros para la población. “¿Cuál es nuestro drama? Queremos ayudar a reconstruir con gran responsabilidad. No podemos reconstruir una sala de emergencia en un lugar vulnerable a las inundaciones. No podemos construir una escuela en un lugar vulnerable a las inundaciones. Ya les dije a las personas de aquí: no podemos construir casas aquí en este lugar. Está demostrado que este lugar era un lugar reservado para el agua. Cuando la naturaleza hizo el mundo, este lugar era para el agua, y ahora la naturaleza nos lo advirtió. Ahora tenemos que buscar un lugar muy seguro para construir las casas de esta gente”.

El presidente, de acuerdo a lo que informó el portal Brasil 247, también destacó una vez más la necesidad de acortar el camino para que la ayuda llegue a la población gaúcha lo más rápido posible.

“No hay nadie en el mundo que se queje más de la burocracia que yo. Me quejo en los foros internacionales, me quejo aquí, porque todo es muy difícil, todo es muy complicado, todo tiene un manual que dice lo que se puede y lo que no. Si pasa algo que no estaba en el manual, entonces no se puede. Así que precisamente esta semana tuve una reunión en la que participaron los superintendentes de la Caixa y del Banco do Brasil aquí en Rio Grande do Sul, haciéndoles un llamado de amor. Es importante que tomemos en cuenta que estamos ante un caso excepcional, que no podemos seguir mirando las comas, tenemos que darle respuestas inmediatas a esta gente que lo necesita”, afirmó Lula.