El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, afirmó este miércoles que su país está “preparado para una operación muy intensa” a lo largo de su frontera con Líbano, donde las tropas israelíes mantienen un conflicto con los milicianos de la organización chiita Hezbolá, prácticamente desde que comenzó la guerra en Gaza, el 7 de octubre. “De una forma u otra, restauraremos la seguridad en el norte”, dijo Netanyahu durante una visita a la zona fronteriza, de acuerdo a lo que informaron medios locales.

Un día antes, el martes, el jefe del Estado Mayor israelí, Herzi Halevi, había dicho que el ejército está listo para lanzar una ofensiva en el norte.

Las hostilidades de las últimas semanas han sido las peores entre Israel y Hezbolá desde que entraron en guerra en 2006, por lo que actualmente decenas de miles de personas, de ambos lados de la frontera, se vieron forzadas a dejar sus hogares.

La tensión en el norte está siendo utilizada políticamente por Netanyahu, que sabe que su futuro político está ligado a la guerra.

Este miércoles la ciudad de Horfeis, situada en la región de Galilea, muy cerca de la frontera y poblada mayormente por drusos, fue objetivo de un ataque de la organización islamista, causando heridas a 11 personas, una de ellas de gravedad.

La situación en el norte le está sirviendo a Netanyahu para sacar el foco, aunque sea por un instante, de la Franja de Gaza, donde los bombardeos israelíes prosiguen y la propuesta de alto el fuego promovida por Estados Unidos parece destinada al fracaso.

Este miércoles, tanto representantes del Ejecutivo israelí como el líder de Hamas mostraron sus reparos al eventual acuerdo, informó la agencia de noticias Reuters.

El ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, advirtió que su gobierno no está dispuesto a detener los ataques en Gaza para dar paso a negociaciones con Hamas sobre un posible alto el fuego y el intercambio de rehenes en manos del grupo islamista por palestinos presos en cárceles israelíes. “Cualquier negociación con Hamas se llevaría a cabo sólo bajo fuego”, sostuvo.

Poco después, el líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, señaló que su organización abordará “seria y positivamente” cualquier acuerdo que se base en el cese total de la guerra.

Pero los esfuerzos para poner fin a las actuales hostilidades han tropezado con el objetivo declarado de Israel de “eliminar” a Hamas como fuerza gobernante y militar, mientras que el grupo palestino que gobierna Gaza desde 2007 no dio ninguna señal de que dejará el poder, aunque reiteró su postura favorable a que se cancele la ofensiva israelí.

Mientras las acciones de guerra siguen en Gaza, en la frontera con Líbano y en menor medida en Cisjordania, donde diariamente hay enfrentamientos, este miércoles también hubo hechos de violencia en Jerusalén, donde miles de ultraderechistas judíos se manifestaron por el barrio musulmán de la ciudad en el marco del Día de las Banderas, una celebración nacionalista que recuerda la conquista total de la ciudad durante la guerra de 1967.

Si bien se desplegaron más de 3.000 efectivos de seguridad para evitar hechos de violencia, las provocaciones y cánticos racistas estuvieron a la orden del día, así como las agresiones a pobladores árabes y a periodistas. La Policía informó que por estas acciones fueron detenidas 18 personas.

Durante la marcha dio un discurso el ministro de Seguridad Nacional de Israel, el extremista Itamar Ben-Gvir, quien de acuerdo a lo que informó The Times of Israel expresó: “Le mandamos un mensaje a Hamas: Jerusalén es nuestra. La Puerta de Damasco es nuestra. El Monte del Templo y, gracias a Dios, la victoria será nuestra”.

Paralelamente, fuentes sanitarias de Gaza informaron que en las últimas 24 horas al menos 70 personas murieron y más de 300 resultaron heridas por los ataques israelíes.

La situación humanitaria en el hospital Al-Aqsa de la ciudad de Gaza es extrema y fue denunciada una vez más por una representante de la organización Médicos sin Fronteras (MSF). “El olor a sangre en la sala de urgencias del hospital esta mañana era insoportable. Hay gente tirada por todos lados, en el suelo, afuera. Estaban trayendo cadáveres en bolsas de plástico. La situación es abrumadora”, dijo Karin Huster, de MSF, en declaraciones consignadas por la cadena qatarí Al Jazeera.

“Con la demencial escalada de violencia en varios lugares de la Franja de Gaza durante las últimas 48 horas y mientras el punto fronterizo de Rafah estuvo cerrado durante un mes, el sistema de salud estuvo bajo una presión hasta el punto de colapsar”, dijo Huster, quien agregó: “La situación es apocalíptica”.