La Organización de las Naciones Unidas (ONU) notificó a Israel que fue incluido por primera vez en la lista de países que violan los derechos de los niños en conflictos armados. Esa lista se adjunta al informe anual que elabora al respecto la oficina del secretario general de la ONU, António Guterres, y que se presentará el próximo viernes ante el Consejo de Seguridad, informó el portavoz de esa secretaría, Stéphane Dujarric.

El informe se hará público el 18 de junio y será discutido en el Consejo de Seguridad el 26, agregó, según informó la agencia Efe. Otros países que han integrado esa lista son Rusia, Afganistán, Irak, Siria y Yemen. También se incluyen organizaciones armadas como Estado Islámico, Al Qaeda y Boko Haram.

Más temprano, el director de Cooperación Internacional de la organización civil Save the Children, Vicente Raimundo, había denunciado que “si Gaza no es ahora el peor lugar del planeta Tierra para nacer, poco le faltará”, y lo comparó con “Sudán, Afganistán o Yemen”.

Dijo que “no se puede concebir” una situación como la actual, en la que durante ocho meses la ayuda humanitaria entró “a cuentagotas” para una población que “antes del 7 de octubre era dependiente de la asistencia internacional en un 80 % para seguir viviendo”.

Raimundo señaló que cualquier indicador que se analice “es catastrófico, ya sea la tasa de muertos civiles, la de niños muertos, la ausencia de asistencia médica, los ataques a la misión médica, el hambre o la falta de agua potable”.

Al conocer la decisión de la ONU, el embajador de Israel ante ese organismo, Gilad Erdan, dijo en la red X que “ahora Hamas seguirá utilizando aún más escuelas y hospitales” para atacar a su país y que esto “prolongará la guerra y el sufrimiento”. El diplomático agregó: “Nuestro ejército es el más ejemplar del mundo, quien entra en la ‘lista negra’ es el secretario general [Guterres], que fomenta el terrorismo y el odio a Israel. ¡El secretario general debería avergonzarse de sí mismo!”.

Dujarric se manifestó sorprendido ante esta reacción que calificó de “inaceptable” y agregó: “Es algo que nunca he visto en mis 24 años sirviendo a esta organización”. Agregó que la notificación a Israel fue un “llamado de cortesía” que se hace a los países que son incluidos por primera vez y que tiene el fin de evitar que se enteren por una filtración del informe.

El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, emitió un comunicado en el que dijo que “la ONU se ha sumado a la lista negra de la historia al unirse a quienes apoyan a los asesinos de Hamas. Las Fuerzas de Defensa Israelíes son el Ejército más moral del mundo; ninguna decisión delirante de la ONU cambiará eso”.

También el ministro de Relaciones Exteriores reaccionó ante la noticia: “Es un acto de villanía de Guterres, quien guardó un minuto de silencio en memoria del presidente de Irán [recientemente fallecido] que ejecutó a decenas de miles de inocentes. Será recordado en la historia como un secretario general antisemita que optó por ignorar los crímenes sexuales de Hamas y el derecho de Israel a la autodefensa”.

Horas antes, un nuevo ataque israelí a una escuela de la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos (UNRWA) mató ayer a tres personas, esta vez en el campamento de refugiados de Shati, cerca de la ciudad de Gaza. La escuela Asmaa se sumó así a la de Nuseirat, donde otro ataque israelí dejó el jueves 40 muertos, 14 de ellos niños, según comunicó la UNRWA.

El ejército israelí argumentó que el ataque a Nuseirat, que actualmente funciona como refugio para miles de desplazados, fue planificado de forma tal de reducir al mínimo las víctimas civiles y que tenía como blanco a integrantes de Hamas que operaban desde allí. Este viernes comunicó que 17 combatientes de ese grupo y la Yihad Islámica se encontraban dentro de la escuela.

Desde los ataques del 7 de octubre contra Israel, de los que este viernes se cumplieron ocho meses, la ofensiva lanzada por el gobierno de Netanyahu en la Franja de Gaza dejó más de 36.700 muertos, en su mayoría niños y mujeres, y 83.000 heridos, según las autoridades locales. Se estima que los cuerpos de otras 10.000 personas se encuentran bajo escombros de diversas edificaciones destruidas por los bombardeos.

Sin acuerdo sobre una hoja de ruta

A una semana de que el presidente estadounidense, Joe Biden, propusiera una hoja de ruta para llegar a un cese del fuego en la Franja de Gaza, que presentó como una iniciativa israelí, ni el gobierno de Netanyahu ni Hamas habían aprobado el viernes los términos del documento.

Netanyahu tomó distancia de la propuesta el lunes y dijo que “está incompleta”. Señaló que hay “lagunas” entre lo que planteó su gobierno y lo que comunicó el presidente estadounidense. Un elemento de desacuerdo se encuentra en el cese del fuego permanente que según Biden se contemplaba en una de las etapas del proceso. “La guerra se detendrá para recuperar a los rehenes y después mantendremos conversaciones. Hay detalles que el presidente estadounidense no presentó al público”, dijo Netanyahu al Parlamento israelí.

El primer ministro agregó que mantiene su objetivo de destruir a Hamas. “Es parte del esquema, no es algo que estoy diciendo ahora por las presiones dentro de la coalición, es algo que acordamos unánimemente en el gabinete de guerra”, dijo, en referencia a los sectores más extremistas de su alianza de gobierno, que amenazaron con romperla si no se buscaba una rendición del grupo islamista palestino.

Tanto el ministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, como el de Finanzas, Bezalel Smotrich, los dos de extrema derecha, advirtieron públicamente que dejarían la coalición en caso de un acuerdo de tregua con Hamas.

También Hamas cuestionó la propuesta de Biden. “Tras examinar el contenido del documento israelí, está claro que es un documento que no propone las bases correctas para el acuerdo requerido, ya que no garantiza un alto el fuego definitivo, sino uno temporal, y no vincula estrechamente las tres etapas estipuladas”, manifestó en un comunicado.

Hamas reiteró que está dispuesto a firmar un acuerdo que incluya la liberación de los rehenes israelíes a cambio de presos palestinos en cárceles de Israel, el cese del fuego, la retirada de las tropas de la Franja de Gaza, el regreso a sus hogares de los palestinos desplazados y la reconstrucción de ese territorio. “No tiene ningún sentido un acuerdo que no incluya explícitamente un alto el fuego permanente”, manifestó.

Sin embargo, el Ministerio de Relaciones Exteriores de Qatar afirmó que los mediadores en este conflicto, que incluyen también a Egipto y Estados Unidos, no recibieron todavía una respuesta del movimiento palestino. “Hamas dijo que en ese momento estaba estudiando la propuesta”, manifestó el vocero de la cancillería, Mayed al Ansari, en un comunicado.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, viajará la semana que viene a Egipto, Israel, Jordania y Qatar para defender esta propuesta. Partirá el lunes en lo que será su octavo viaje oficial a la región desde el 7 de octubre. “El secretario discutirá con sus socios la necesidad de llegar a un acuerdo de alto el fuego que garantice la liberación de todos los rehenes”, manifestó el Departamento de Estado.

Tensiones entre Biden y Netanyahu

En una entrevista con la revista Time, Biden fue consultado sobre si Netanyahu mantiene la ofensiva contra Gaza por motivos políticos personales, como una estrategia para seguir en el poder, y respondió que “existen todas las razones para que la gente saque esa conclusión”. Después, consultado por periodistas en la Casa Blanca, matizó sus dichos.

Durante otra entrevista, esta vez con la cadena estadounidense de televisión ABC, se le preguntó a Biden si Netanyahu lo escucha cuando le habla sobre este conflicto y respondió que cree que sí, y dijo como ejemplo que el ejército israelí tenía previsto “entrar con todo” en Rafah, en lugar de llevar adelante los ataques que lanza actualmente. Tanto Estados Unidos como otros actores internacionales advirtieron que una ofensiva de ese tipo sería devastadora para la población de la Franja de Gaza. “Iban a invadir todo Rafah [...], con toda su fuerza”, dijo Biden, y agregó: “No lo han hecho”. Sin embargo, señaló: “Tenemos que lograr un alto el fuego”.

Un informe de la CIA concluyó que Netanyahu cree que puede seguir adelante con sus planes sin definir un plan de posguerra, como le reclama el gobierno estadounidense, y eludir las presiones para que ponga fin a la ofensiva, informó CNN. El primer ministro israelí “probablemente cree que puede mantener el apoyo de sus jefes de seguridad y evitar deserciones” de los sectores extremistas de la coalición de gobierno hablando del futuro de Gaza en “términos vagos”, citó la cadena estadounidense. Señaló también que, según el informe, en Israel no hay un consenso sobre la posguerra en Gaza.

En la entrevista con Time, Biden manifestó: “Mi mayor desacuerdo con Netanyahu es: ¿qué pasará cuando acabe la guerra en Gaza?”.

La evaluación de la CIA, que fue divulgada entre altos funcionarios, agrega que Netanyahu desafía las presiones de Estados Unidos y de sus socios de gobierno, y que sólo asumirá compromisos para una posguerra después de cumplir “lo que él considera puntos de referencia clave de seguridad, lo que puede llevar meses”. Tampoco esos puntos, “operaciones militares importantes”, aparecen del todo definidos en el discurso de Netanyahu, evalúa el informe. Sí especifica que se propone “eliminar” al comandante de las Brigadas Qassam, el brazo armado de Hamas, Mohammed Deif, supuesto involucrado en la planificación de los ataques del 7 de octubre en los que murieron 1.200 personas y otras 240 fueron secuestradas.

Mientras Estados Unidos intenta incidir en este conflicto, Israel también ha buscado influenciar a las autoridades estadounidenses. Según un informe de The New York Times, el Ministerio de Asuntos de la Diáspora de Israel organizó una campaña de cuentas falsas en redes sociales para promover que los legisladores estadounidenses financiaran a las fuerzas militares israelíes.

El informe, que cita fuentes israelíes, agrega que se destinaron dos millones de dólares a esta campaña, para la que se contrató una empresa de marketing político, Stoic. Se utilizaron cuentas falsas de X, Instagram y Facebook que se hacían pasar por personas estadounidenses y que intentaban influenciar en particular a congresistas demócratas.