El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, responsabilizó este miércoles a Hamas de que no se haya llegado a un acuerdo sobre el plan de cese del fuego para la Franja de Gaza que propuso su país y respaldó el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). “Hamas podría haber respondido con una sola palabra: ‘Sí’. En cambio, Hamas esperó casi dos semanas y solicitó numerosos cambios”, dijo Blinken, según citó la cadena Al Jazeera. “Como resultado”, agregó, se “prolonga la guerra en Gaza” y, “cuanto más tiempo pase, más gente sufrirá”.

Inicialmente, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, presentó la hoja de ruta como una propuesta de Israel, pero el gobierno de Benjamin Netanyahu no la apoyó públicamente. Por el contrario, el Ejecutivo israelí insistió con que tenía “lagunas” y con que no estaba dispuesto a un cese del fuego permanente, como propuso el mandatario estadounidense, hasta cumplir con su plan de derrotar a Hamas.

Sin embargo, desde Qatar, Blinken insistió con que “Hamas planteó numerosos cambios a la propuesta que estaba sobre la mesa”, y agregó: “Algunos de los cambios son viables. Algunos no lo son”. El jefe de la diplomacia de Estados Unidos dijo que los mediadores –además de Estados Unidos, Qatar y Egipto– seguirán intentando “cerrar el trato” en los próximos días.

Hamas había manifestado públicamente que veía con buenos ojos esta iniciativa. De todos modos, el movimiento palestino pidió que se modifiquen algunos puntos, informó Efe. “No es un rechazo, son dudas sobre los detalles para la implementación del acuerdo”, en particular el calendario para el cese del fuego y la retirada de las fuerzas militares israelíes de la Franja de Gaza, dijeron fuentes de Hamas a la agencia.

El primer ministro de Qatar, Mohamed bin Abdelrahman, consideró que las dos partes “necesitan hacer algunas concesiones para llegar a un acuerdo”, y destacó las “declaraciones contradictorias de algunos funcionarios israelíes”.

Blinken manifestó además que un cese del fuego también abriría camino para resolver las hostilidades entre Hezbolá e Israel. Este miércoles, después de que Israel confirmara que mató en un bombardeo a Taleb Abdullah, un alto comandante de Hezbolá, esta milicia libanesa lanzó una serie de ataques contra el territorio israelí, aunque sin ocasionar víctimas.

Investigadores de la ONU denuncian crímenes de guerra

El alto número de víctimas en Gaza, donde murieron más de 37.000 personas y 85.000 sufrieron heridas, y la destrucción masiva de infraestructura no militar se explica por “una estrategia consistente en causar el máximo daño”, concluyó en su primer informe la Comisión Internacional e Independiente de Investigación para Palestina, mandatada por la ONU para investigar todo lo que ocurrió desde los ataques perpetrados por Hamas el 7 de octubre de 2023.

La comisión, presidida por Navi Pillay, que antes ocupó el cargo de alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, afirma en su informe que el gobierno de Netanyahu “dio a sus fuerzas de seguridad carta blanca para atacar objetivos civiles de forma amplia e indiscriminada en Gaza”. Denuncia un “asedio total” de Israel contra ese territorio, donde según el propio ministro de Defensa, Yoav Gallant, “se lucha contra animales y hay que actuar en consecuencia”.

La comisión acusa a Israel de varios crímenes de guerra: “uso del hambre como arma, asesinato, ataques intencionados contra civiles, transferencia forzada [de población], violencia sexual, tortura y detención arbitraria”. También agrega crímenes contra la humanidad: “exterminio, persecución por motivos de género contra hombres y niños”, desapariciones forzadas y tratos crueles contra detenidos.

Agrega que en Cisjordania y Jerusalén Este, los otros territorios palestinos, las fuerzas israelíes cometieron “actos de violencia sexual, torturas y tratos crueles e inhumanos”, además de “permitir, alentar e instigar” una campaña de violencia de grupos de colonos judíos contra la población palestina.

Con respecto a los milicianos de Hamas, el informe detalla que en los ataques del 7 de octubre mataron a 1.200 personas, de las cuales al menos 809 eran civiles, entre ellas 40 niños, 280 mujeres y 25 ancianos de más de 80 años. Muchos fueron asesinados cuando trataban de esconderse.

Señala que en forma deliberada esos milicianos asesinaron, torturaron, secuestraron y cometieron actos de violencia sexual contra civiles e integrantes de las fuerzas de seguridad, en algunos casos ayudados por palestinos vestidos de civil. Agrega que los patrones de violencia sexual, sobre todo contra mujeres, muestran que no fueron incidentes aislados.