En un discurso de casi 50 minutos que brindó este miércoles ante las dos cámaras del Congreso de Estados Unidos, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, no se salió de su línea habitual, defendiendo encendidamente la actuación de las fuerzas de su país en Gaza. Esto generó aplausos de los republicanos y un rechazo casi unánime entre los demócratas.

En medio de un clima tenso y con la ausencia de decenas de legisladores oficialistas, Netanyahu dijo durante su discurso que su país está luchando contra los representantes de Irán –Hamas, Hezbolá y los hutíes de Yemen– y que al enfrentar a estas fuerzas está protegiendo a Estados Unidos. “Nuestros enemigos son sus enemigos. Nuestra victoria es la suya”, afirmó el líder del Likud.

El primer ministro agregó que Israel hará todo lo necesario para restablecer la seguridad en su frontera norte. También se refirió a las transferencias de armas estadounidenses y dijo: “Entréguennos las herramientas más rápido y terminaremos el trabajo más rápido”.

Netanyahu también criticó con dureza a la Corte Penal Internacional de La Haya y dijo que ese organismo está tratando de “poner grilletes en las manos de Israel”.

Luego afirmó que Israel no está matando de hambre a los residentes de Gaza, sino que es Hamas quien está robando los alimentos entregados en la Franja. Allí, de acuerdo a lo que han informado las autoridades sanitarias locales, los muertos son casi 40.000 desde el comienzo del actual conflicto, el 7 de octubre del año pasado.

En su alocución, Netanyahu agradeció a los legisladores del Congreso por su apoyo a Israel, pero dijo que una “minoría” puede haber “caído en la trampa de Hamas”.

Mientras el jerarca israelí hablaba, la congresista demócrata por Michigan, Rashida Tlaib, la única parlamentaria de origen palestino, mostró un cartel circular que de un lado decía “Criminal de guerra” y del otro, “Culpable de genocidio”.

Palabras similares había manifestado un día ante el senador Bernie Sanders, quien no se presentó en el Congreso y condenó la presencia en el legislativo estadounidense de Netanyahu, a quien definió como un “criminal de guerra” que preside un “gobierno de extrema derecha”.

Después del discurso, de acuerdo a lo que informó el portal Politico, Chris Murphy, senador demócrata por el estado de Connecticut, criticó a Netanyahu por pronunciar lo que calificó de un “discurso político partidario”, dirigido a los republicanos, que dañó aún más las relaciones entre Estados Unidos e Israel.

“Dio muy pocos detalles, si es que hubo alguno, sobre cómo iba realmente a proteger a Israel”, dijo Murphy. “Fueron muchos eslóganes pobres, muchos aplausos, pero muy poca sustancia. Entonces supe que esto sería un revés para las relaciones entre Estados Unidos e Israel”.

Murphy dijo que el discurso de Netanyahu era “esperable, pero aun así fue increíblemente triste”. “Creo que sugerir que cada manifestante es un agente de Hamas fue bastante desagradable”, agregó, en referencia a la multitudinaria manifestación fuera del Congreso.

Movilización fuera del Congreso de Estados Unidos durante el discurso de Netanyahu

Miles de manifestantes se reunieron en las afueras del Capitolio, custodiados por centenares de policías, antes del discurso de Netanyahu. En un escenario adornado con pancartas, incluida una que declaraba a Netanyahu como un “criminal de guerra buscado”, los manifestantes, entre los que se encontraba la actriz ganadora del Oscar Susan Sarandon, condenaron la invitación del líder israelí a hablar ante el Congreso.

Hubo algunos incidentes entre los manifestantes y las fuerzas de seguridad, quienes horas después informaron que decenas de personas habían sido detenidas.

Mientras Netanyahu hablaba en Washington, en la ciudad israelí de Tel Aviv, se manifestaron familiares de los rehenes que se encuentran secuestrados en Gaza. De acuerdo a lo que informó el diario local Haaretz, expresaron: “45 minutos de discurso y aplausos no borrarán un hecho triste. Las palabras ‘¡acuerdo ahora!’ no estuvieron presentes en el discurso del primer ministro. Tampoco se mencionó a los 120 rehenes que, una vez más, esta noche no volverán a casa”.

Talya, Eliya y Achinoam Danzig, nietas de Alex Dancyg, cuya muerte en cautiverio fue anunciada a principios de esta semana, dijeron: “Benjamin Netanyahu: la posibilidad de una victoria total desapareció en el momento en que mi abuelo fue secuestrado de su kibutz, su lugar seguro. Mi abuelo y los 120 rehenes son víctimas del mayor abandono que hemos conocido, un abandono que resuena y no se detiene. Exijo que detengamos este ciclo de derramamiento de sangre, los traigamos a casa y restablezcamos nuestra vida. ¡Mírennos a los ojos, sean humanos, firmen el acuerdo!”.