La denuncia de golpe de Estado realizada por el presidente boliviano Luis Arce ha generado una fuerte crisis política en Bolivia luego de que el exmandatario Evo Morales (2006-2019), líder del Movimiento al Socialismo (MAS), calificara de “autogolpe” el alzamiento militar encabezado por el destituido jefe militar, Juan José Zúñiga.

La grave acusación del exmandatario con el que Arce se encuentra enfrentado dentro del MAS apuntó directamente contra el presidente boliviano al que acusó de organizar una estrategia para levantar la popularidad de su gobierno. “Luis Arce engañó y mintió al pueblo boliviano y al mundo. Es lamentable que se use un tema tan sensible como la denuncia de un golpe”, señaló Morales y pidió “una investigación completa e independiente que demuestre la verdad de este hecho”.

La denuncia de Morales encendió un nuevo enfrentamiento entre ambos líderes, disparó múltiples interrogantes sobre lo acontecido y dividió las aguas incluso entre sectores de la izquierda regional.

la diaria dialogó con el exministro de Relaciones Exteriores de Bolivia Fernando Huanacuni Mamani, quien ratificó las dudas planteadas por Evo Morales y pidió una urgente investigación para dar respuestas claras al pueblo boliviano y a la comunidad internacional. Mientras que el referente de asuntos internacionales del Frente Amplio, Martín Clavijo, dijo a este medio que lo ocurrido en Bolivia es “muy preocupante” y que la versión de autogolpe “es absurda”.

¿Dónde estaba esta seguridad?

El excanciller boliviano dijo a la diaria que a medida que pasan los días “hay muchas interrogantes que surgen después de analizar con la cabeza fría” lo ocurrido, por lo que consideró necesaria “una investigación profunda y minuciosa”.

“Nosotros hemos trabajado en el nivel central de gobierno y sabemos lo que es el tema de seguridad y del movimiento de las tropas [...] la Policía tiene desplegado por todo el territorio nacional y ellos saben lo que está ocurriendo en cualquier movimiento que ocurra en nuestro país y mucho más aún movimientos inusuales, como son de tanques o del Ejército. Es decir, hay un mecanismo de control del Estado que prácticamente está informando todo lo que sucede en nuestro territorio nacional y especialmente en la ciudad de La Paz, en lo que constituye el Palacio de Gobierno, la Casa Grande del Pueblo, la plaza Principal, la plaza Murillo. Entonces, nuestra primera pregunta es ¿dónde estaba esta seguridad?”, interrogó.

El exministro explicó que todas las imágenes que se revisaron muestran que “no está la seguridad policial”, por lo que se preguntó “dónde se encontraba en ese momento la Policía”. “Esto es algo que la población merece saber”, agregó.

“Nosotros, que tenemos la experiencia de los golpes de Estado anteriores, sabemos perfectamente que los golpistas nunca dialogan, simplemente operan con la violencia que caracteriza a estos hechos. Entonces, ¿cómo puede ser que veamos videos de Lucho Arce dialogando con el general Zúñiga? ¿Están dialogando, están acordando? Ese nivel de golpe de Estado no lo conocemos, porque son procedimientos generalmente violentos, donde no se dialoga absolutamente nada, simplemente se operativiza”, agregó.

Sumando dudas a lo acontecido, Huanacuni planteó otra pregunta: “¿Cómo es que el ministro de Gobierno tiene la posibilidad de pasearse en la plaza Bolillo y golpear los tanques con tanta facilidad y no hay ninguna reacción de la Policía Militar del Ejército? También eso nos deja mucho que pensar sobre qué está ocurriendo”.

“Luego en las imágenes que ahora observamos vemos que el ministro de Gobierno y algunos militares se miran y se sonríen como cualquier otra conversación social en medio de, entre comillas, esa tensión donde están hablando el general Zúñiga con Lucho Arce”, ironizó.

El pueblo “en pánico”

Huanacuni remarcó la necesidad de una minuciosa investigación para saber qué pasó realmente, “porque se puso en esos momentos en zozobra, tensión y miedo a la población”.

“Nosotros en Bolivia estamos sufriendo una crisis económica severa y el poco dinero que posee el pueblo lo compró en alimentos pensando que esto era algo serio, que esto iba a llevar mucho tiempo. Compraron víveres, alimentos de sobra. Pusieron en alta tensión a la sociedad boliviana. Por eso se merece una investigación profunda para dilucidar qué realmente pasó en estos momentos”, añadió.

Para el exjerarca boliviano, “hasta el momento todos los detalles parecieran conducir definitivamente a que fue un autogolpe”.

La otra visión

Pese a las dudas planteadas por Evo Morales y su excanciller sobre el golpe de Estado contra el gobierno de Luis Arce, en la izquierda uruguaya se respalda al presidente boliviano.

Clavijo señaló que lo que ocurrió en Bolivia es “preocupante” y aseguró que “no hay dudas” de que hubo un intento de golpe cívico-militar que falló porque a última hora algunos sectores de los militares renunciaron a hacerlo.

“La versión de autogolpe es absurda. ¿Quién daría un golpe planificado con un presidente para luego ir preso? ¿Quién daría un golpe planificado con un presidente destruyendo su reputación y su carrera militar y exponiendo a su familia? No tiene lógica esa versión. Es parte de la campaña de debilitamiento de legitimidad del gobierno y creación de ambiente de crisis política”, reflexionó.

Clavijo consideró que la visión de los golpistas confluye “indirectamente” con la de Evo Morales. “Lo que querían conformar era un gobierno cívico-militar donde después se llamara a elecciones anticipadas, una posición que hoy en día indirectamente confluye con la posición que tiene Evo Morales [...] ya a esta altura con una obsesión por llegar otra vez al poder cuando la Constitución no se lo permite, es una cosa que tiene además al MAS dividido, y un enfrentamiento abierto entre Evo y el presidente Arce”, afirmó.

Esta situación “dificulta al MAS” cuando falta menos de un año para las elecciones presidenciales, advirtió. “Sin duda hay que hacer un llamado a la unidad, por lo menos a que alguien con suficiente poder de escucha regional pueda sentarlos tanto a Arce como a Evo y de alguna manera sentar bases de acuerdos y de negociación porque en esto se va el futuro de la izquierda en Bolivia, y paralelamente la derecha aprovecha esta situación, generando candidaturas potentes. Va a ser una elección muy complicada la del próximo año”, reflexionó.

Consideró que “nadie puede discutir el liderazgo de Morales ni las transformaciones que hizo en Bolivia”. “Pero [Morales] debería estar jugando otro rol en el MAS, un rol de liderazgo obviamente, pero formando otros dirigentes políticos con posibilidades de disputar el gobierno o de continuarlo. Es necesario que la izquierda boliviana apueste al diálogo en la interna del MAS, más allá de diferencias, y construir una fórmula de consenso para las próximas elecciones presidenciales. La unidad de la izquierda debe primar ante cualquier proyecto político personal”, agregó.

“Milei, el enemigo de los pueblos”

La denuncia de un supuesto “autogolpe” en Bolivia tuvo repercusión más allá de las fronteras bolivianas ya que el gobierno de Javier Milei aseguró contar con información de inteligencia que confirma esa teoría. Las palabras del mandatario argentino merecieron el enérgico rechazo de Evo Morales, quien consideró que Milei es el "enemigo de los pueblos" ya que busca destruir a los movimientos populares a nivel regional.

"No permitiremos que voces que solamente tienen como objetivo destruir a los movimientos populares de la región tengan algo que decir sobre nuestros asuntos. Por más diferencias que tengamos con el actual gobierno, no perdemos de vista que Milei es un enemigo de los pueblos", afirmó Morales en X.

En el mismo sentido se expresó Huanacuni, quien señaló que el gobierno argentino está haciendo una "intromisión e injerencia en asuntos que serán resueltos por los bolivianos”. Huanacuni expresó que Argentina pretende “atacar” a Bolivia y “sobrepasar” su soberanía institucional y aseguró que Milei podría estar respondiendo a intereses de estados externos, como es el caso de Estados Unidos.

“El análisis del gobierno de Milei parte de que es de extrema derecha. Obviamente no va a opinar algo bueno de lo que sucede en mi país, que en general tenemos un lineamiento distinto a lo que es el proceso libertario que están llevando ellos. Entonces yo pienso que su opinión simplemente va en coincidencia con la hegemonía de Estados Unidos de la que nosotros queremos salir”, agregó.