El gobierno de Moscú que preside Vladimir Putin advirtió a los países que integran la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) que dará una respuesta inmediata y extremadamente dura en caso de que se produzca un “ataque terrorista por parte del régimen de Kiev”, informó este miércoles la portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso, María Zajarova.
“Ellos [los líderes de los países de la Unión Europea, UE] están perdiendo el control de la realidad y no se dan ninguna pausa para pensar en los riesgos de seguir intensificando este peligroso conflicto, incluso cuando les convendría hacerlo”, dijo la funcionaria del Kremlin en una conferencia de prensa que dio en el Foro Económico Oriental que se está celebrando en Vladivostok, en el extremo oriente ruso.
“Nos gustaría advertir a estos políticos irresponsables de la UE, de la OTAN, del otro lado del océano, que, en caso de medidas agresivas relevantes por parte del régimen de Kiev, la respuesta de Rusia será inmediata. Creo que mucho de esto ya lo han estado observando en los últimos días; las reacciones serán extremadamente dolorosas”, subrayó Zajarova en declaraciones consignadas por la agencia oficial rusa TASS.
En una línea similar se expresó el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, quien advirtió a Estados Unidos que no bromee sobre las “líneas rojas” de Moscú.
El máximo referente de la administración Putin afirmó que “Estados Unidos estaba perdiendo de vista el sentido de disuasión mutua que había apuntalado el equilibrio de seguridad entre Moscú y Washington desde la Guerra Fría”.
Según lo que informó la agencia Reuters, Lavrov dijo esto al comentar un informe que sostiene que Estados Unidos está cerca de llegar a un acuerdo para suministrar a Ucrania misiles de crucero JASSM de largo alcance, que podrían alcanzar ciudades rusas. “No me sorprenderá nada: los estadounidenses ya han cruzado el umbral que se fijaron. Están siendo incitados y [el presidente de Ucrania, Volodímir] Zelenski, por supuesto, lo ve y lo aprovecha”, dijo Lavrov en una entrevista con la televisión rusa.
Mientras, luego del ataque del lunes perpetrado contra una academia militar situada en Poltava, en el noreste del país, que costó la vida de más de 50 personas, este miércoles el fuego de Moscú alcanzó la ciudad de Lviv, situada en el extremo oeste de Ucrania, a apenas 50 kilómetros de la frontera con Polonia, donde los bombardeos con misiles y drones se centraron en infraestructuras civiles y mataron a siete personas e hirieron a más de 50.
Estos duros ataques rusos, que fácilmente pueden leerse como una revancha por la incursión de tropas ucranianas en la región rusa de Kursk, operación que todavía sigue en marcha, se producen en medio de los mayores cambios en el gobierno de Zelenski desde que se produjo la invasión rusa, en febrero de 2022.
Este miércoles presentó su renuncia el canciller, Dmytro Kuleba, una de las figuras políticas más reconocidas de Ucrania, quien no explicó los motivos de su renuncia. Además, otros cuatro ministros dejaron sus cargos el martes.
Estos cambios habían sido anticipados por Zelenski, quien en un contacto con medios de prensa dijo que algunas modificaciones en el Ejecutivo que él lidera eran inminentes. Este miércoles en Kiev, durante una conferencia conjunta con el primer ministro de Irlanda, Simon Harris, Zelenski dijo que el gobierno necesita “nueva energía, y eso incluye en la diplomacia”.
Refiriéndose a estos cambios dentro del gobierno ucraniano, el vocero del Kremlin, Dmitri Peskov, dijo que no afectarán en lo más mínimo las por ahora completamente inexistentes conversaciones entre Moscú y Kiev. Según informó The Moscow Times, Peskov en su habitual contacto con los periodistas locales expresó que el gobierno que él integra está “vigilando cuidadosamente” las renuncias y nombramientos en Kiev, pero descartó que esos cambios puedan llevar a las partes a una mesa de negociaciones.
“No tendrá ningún efecto y no tiene nada que ver con las perspectivas del proceso de negociación”, expresó Peskov de manera enfática.