Representantes de los gobiernos de Argentina y Bolivia discreparon en las últimas horas luego de que tomara estado público la noticia de que en la localidad de Aguas Blancas, en el departamento de Orán, en la provincia argentina de Salta, se colocará un alambrado de 200 metros de largo en la frontera entre los dos países.

Aguas Blancas está situada frente a la ciudad boliviana de Bermejo, en el departamento de Tarija, y ambas localidades están separadas por el río Bermejo. La idea es que el alambrado se coloque desde la terminal de ómnibus de Aguas Blancas hasta las oficinas de la Dirección Nacional de Migraciones, para evitar que los bolivianos pasen hacia territorio argentino sin ningún tipo de control.

Según informó el portal Perfil, la medida fue impulsada por el Ministerio de Seguridad que encabeza Patricia Bullrich, y desde el gobierno boliviano que preside Luis Arce se expresó “preocupación” porque la instalación de la valla puede “afectar la buena vecindad y la convivencia pacífica”.

Pero el gobernador de la provincia de Salta, Gustavo Sáenz, defendió la medida. “No tenemos por qué dar explicaciones sobre este tema. La frontera son 740 kilómetros. Estamos hablando de dos cuadras y media dentro de nuestra casa. No tenemos por qué explicarle a Bolivia lo que estamos haciendo”, expresó el gobernador, quien fue el compañero de fórmula de Sergio Massa por el Frente Renovador en las elecciones presidenciales de 2015.

Sáenz sugirió además que las autoridades bolivianas están “un poco enojadas” porque se están adoptando “medidas que antes no se tomaban”, incluyendo la eliminación de la salud pública gratuita para los extranjeros, decisión tomada hace casi un año. “No hay nada en contra de los países vecinos. Lo que estamos buscando es eficientizar los recursos y ser justos con los nuestros”, concluyó el jerarca provincial.

La colocación de alambrado se adoptó en el marco del denominado Plan Güemes, un operativo lanzado por el gobierno que tiene como objetivo desbaratar las actividades delictivas en la frontera entre Salta y Bolivia.

Sobre el tema también se manifestó la ministra de Seguridad argentina, Patricia Bullrich, que dijo que se “está cuidando una frontera muy caliente, por donde más cocaína entra a Argentina. Es un paso fronterizo en el que había absoluto descontrol, y en el último tiempo se había asentado el crimen organizado, mediante bandas, con muertes de sicarios”.

“Hay un lugar en la ciudad que tiene una pared muy pequeña, la cual saltan, y eso genera un descontrol. Se decidió poner una cerca para evitar que puedan cruzar, y así cuidar a la población. El problema ahí era el ladrón cuidando a las gallinas”, manifestó Bullrich, haciendo referencia a Carlos Alfredo Martínez, apodado Conejo, quien era el anterior intendente de Aguas Blancas y actualmente se encuentra detenido por narcotráfico y también por obstaculizar una acción judicial en la que se investiga el asesinato de su propio hermano, César Martínez.

Bullrich destacó que en la zona se viene trabajando muy bien, y que gracias a la implementación del Plan Güemes los delitos se redujeron en la zona.

“Llevamos Policía, Prefectura Naval y Gendarmería para cuidar el río y terminamos con los pasos ilegales. Hoy hay muy poca gente que pasa ilegalmente”, agregó la ministra, quien, si bien fue adversaria del presidente Javier Milei en las elecciones de 2023, luego de ello formó una sólida alianza con el mandatario ultraderechista.

Este martes también se refirió al tema el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, quien cumple una función que en otros países sería la de un jefe de gabinete, que señaló, al igual que el gobernador Sáenz, aunque en otro sentido, que la valla que se colocará representa menos del 0,026% de la línea fronteriza entre los dos países.

En declaraciones recogidas por la radio boliviana Erbol, el ministro del gobierno de Luis Arce enfatizó, además, que a lo largo de la historia todos los muros construidos por personas o grupos terminaron cayéndose. “La frontera entre Bolivia y Argentina son más de 742 kilómetros lineales. Estos 200 metros no responden ni al 0,026%, y la historia nos ha enseñado que tarde o temprano todos los muros se caen”, manifestó Del Castillo.