Este lunes, comenzó formalmente, en la ciudad de Belém, la trigésima cumbre climática de la ONU.
El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, inauguró el evento que se está desarrollando en la capital del estado de Pará, ubicada en la desembocadura del río Amazonas, que reunió a representantes de casi 200 naciones en lo que previamente describió como “la COP de la verdad”.
En la Décima Carta de la Presidencia, el presidente de la COP 30, el experimentado diplomático André Corrêa do Lago, destacó la “continuidad” y el “camino común” e indicó por escrito que las naciones reunidas en Belém “honraremos la capacidad de nuestra especie de cooperar, renovarse y actuar conjuntamente frente a la incertidumbre”.
Indicó, a su vez, que el objetivo es la unidad y “garantizar que la membresía de casi 200 países y culturas vaya más allá de los grupos de negociación y evolucione como un solo equipo” porque “este trabajo es más grande que nosotros y que el ahora”, al tiempo que detectó la necesidad de que la instancia diplomática evolucione y las negociaciones se transformen desde “un foro de debate adversarial a un laboratorio de soluciones”, en lo que definió como el “mutirão global”, una palabra indígena que puede traducirse como ‘esfuerzo colectivo’ y funcionará como leit motiv.
En línea con lo que expresó el presidente Lula, Lago dijo que la COP 30 será “la COP de la verdad”, con la expectativa de que “puede marcar el momento en que la humanidad recomienza”. También planteó tres objetivos principales: “Fortalecer el multilateralismo y el régimen climático; conectar el régimen climático con la vida real de las personas y con la economía real; y acelerar la implementación del Acuerdo de París”.
“En la lucha contra el cambio climático, el multilateralismo es la vía a seguir”, reiteró más tarde en su discurso, además de opinar que esta debe ser “una COP de implementación”.
El secretario general de la ONU, el portugués António Guterres, publicó en su cuenta de X que “nunca antes habíamos estado mejor preparados para combatir la crisis climática” y que gracias a la “revolución de las renovables” una economía de energía limpia “ya no es una promesa del mañana, sino el motor del progreso actual”.
Por otro lado, aseguró que la ONU “no renunciará al objetivo de los 1,5 grados” que prevé el Acuerdo de París y exhortó a “avanzar más rápido y juntos”.
La COP de la verdad
Según informó el medio brasileño O Globo, se espera que unas 60.000 personas se concentren en Belém a partir de este lunes y “se prevé que las reuniones duren hasta el 21 de noviembre, pero existe la posibilidad de extender el evento si las negociaciones se estancan”.
En línea con lo que explicó el periódico con sede en Río de Janeiro, los objetivos acordados al final de una COP deben ser “consensuados” y todos los países presentes tienen derecho a voto: “Es en la conferencia donde generalmente se finalizan y firman los memorandos”, consignó.
En su discurso de apertura, Lula dijo que “es el momento de infligir una nueva derrota a los negacionistas” y cuestionó la ausencia de “los hombres que hacen la guerra” en el evento. “Es mucho más barato gastar para solucionar el problema del cambio climático que invertir millones de dólares para librar la guerra, como hicieron el año pasado”, criticó. Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, no asistió a la cumbre internacional y fue cuestionado por Gustavo Petro y Gabriel Boric, presidentes de Colombia y Chile, respectivamente.
“La COP 30 será la COP de la verdad. En la era de la desinformación, los oscurantistas rechazan no sólo la evidencia científica, sino también el progreso del multilateralismo. Controlan algoritmos, siembran odio y propagan el miedo. Atacan instituciones, ciencia y universidades. Es hora de infligir una nueva derrota a los negacionistas”, cuestionó.