Fuentes ucranianas informaron que Rusia lanzó un ataque masivo con drones contra la región de Odesa durante la noche del lunes. Los principales objetivos fueron la infraestructura civil energética y portuaria, según anunció el gobernador Oleh Kiper en Telegram.
A pesar del despliegue activo de las defensas antiaéreas, que destruyeron la mayoría de los drones, se registraron algunos impactos. Los incendios resultantes se extinguieron rápidamente. No hubo víctimas mortales ni heridos.
Fuentes rusas, por su parte, informaron que Ucrania atacó una planta petroquímica en el interior de Rusia. Una planta de tratamiento de agua en Bashkortostán colapsó parcialmente, dijeron las autoridades locales, pero la central eléctrica de la región opera con normalidad.
La república rusa de Bashkortostán se encuentra en los montes Urales, a unos 1.500 kilómetros de la frontera con Ucrania. Según los informes, los dos drones atacantes fueron derribados. El Ministerio de Defensa ruso también informó de la destrucción, durante la noche, de 83 drones ucranianos en otras siete regiones rusas.
Ucrania vuelve a atacar la refinería de petróleo de Saratov
Ucrania volvió a atacar con drones la ciudad industrial rusa de Saratov, a orillas del río Volga. Según las redes sociales, fue alcanzada una refinería de petróleo que ya había sido blanco de ataques. También circularon videos de una explosión. El Ministerio de Defensa ruso confirmó los ataques en Saratov, pero no emitió ningún comunicado oficial sobre la refinería. La autoridad de aviación rusa informó, además, que las operaciones en el aeropuerto de Saratov se vieron interrumpidas durante más de seis horas debido a alertas de ataque aéreo.
La planta de Saratov, crucial para la producción de combustible, ya había sido blanco de ataques con drones ucranianos en setiembre. Según el Ministerio de Defensa ruso, un total de 67 drones ucranianos fueron derribados sobre objetivos rusos la noche del lunes. Como de costumbre, el ministerio no proporcionó información sobre la magnitud de los daños.
Ucrania bombardea diariamente la industria petrolera rusa con drones. Su objetivo es doble: primero, interrumpir el suministro al ejército ruso y su guerra de agresión; y segundo, obstaculizar el comercio debido a las explosiones en instalaciones de producción estratégicas. Se están restringiendo las exportaciones de gasolina y diésel, fuentes de ingresos cruciales para el esfuerzo bélico del país. Si bien el gobierno ruso reconoce los problemas, insiste en que la situación está bajo control y es estable.
Este artículo fue publicado originalmente por Die Tageszeitung.