La posibilidad de que el presidente israelí, Isaac Herzog, otorgue una amnistía al primer ministro Benjamin Netanyahu generó protestas el domingo frente a su residencia privada en Tel Aviv.
A comienzos de noviembre, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, reclamó ese perdón por parte de Herzog en un discurso ante el Parlamento de Israel: “¿Por qué no le conceden el indulto?”, dijo. “¿A quién le importan unos cigarros y champán?”, agregó en referencia a regalos que supuestamente recibió Netanyahu.
Pero ahora es el propio primer ministro quien pidió ser amnistiado por el presidente israelí. Dijo que su solicitud responde al “interés nacional” y que necesita dejar de atender las frecuentes audiencias a las que es convocado y dedicarse a los “enormes desafíos” de Israel.
En un video que divulgó en sus redes sociales, Netanyahu dijo que él quisiera continuar con el proceso judicial “hasta el final, hasta el indulto total”, pero “la realidad política y de seguridad, y el interés nacional, exigen otra cosa”, porque “el Estado de Israel se enfrenta a enormes desafíos”. Afirmó que su situación judicial “está desgarrando desde dentro y avivando las divisiones” de la sociedad israelí.
En su opinión, dar por terminada esta situación judicial “contribuirá en gran medida a apaciguar las llamas y promover la gran reconciliación”. Dijo que pensó mucho al respecto, y agregó: “Lo que inclinó la balanza fue que se me exige testificar tres veces por semana. Es una exigencia inalcanzable”.
Netanyahu es investigado por los delitos de corrupción, fraude, abuso de confianza y soborno. Se lo acusa de haber recibido regalos de Arnon Milchan, un empresario de Hollywood, a cambio de favores políticos. También se investiga si benefició al editor jefe y principal dueño del periódico Yedioth Ahronoth, Arnon Mozes, en un caso que involucra acciones para perjudicar a su competencia, el diario Israel Hayom, recordó la agencia Efe.
Además, Netanyahu enfrenta otro juicio en el que es sospechoso de haber sobornado a medios cuando era ministro de Comunicación, de 2015 a 2017, para lograr una cobertura favorable.
Varios integrantes del gabinete respaldaron públicamente su pedido. El titular de Defensa, Israel Katz, llamó a Herzog a que “ponga fin a los cargos legales que surgieron viciados y crearon una profunda división que afecta al pueblo”. Dijo que “viejos enemigos buscan recuperar su poder, mientras que nuevas fuerzas en la vecindad intentan surgir con el objetivo de amenazar la seguridad de los ciudadanos israelíes”.
También salieron en apoyo de Netanyahu el ministro de Relaciones Exteriores, Gideon Saar, el de Economía, Nir Barkat, y el de Cultura y Deportes, Miki Zohar, así como los dos más extremistas, Itamar Ben Gvir, ministro de Seguridad Nacional, y Bezalel Smotrich, de Finanzas. Estos últimos cuestionaron a la Fiscalía General del Estado, a cuya titular, Gali Baharava-Miara, el gobierno intenta destituir. Además, Smotrich defendió la reforma del sistema judicial impulsada por Netanyahu, que según sus críticos afectaría la independencia de la Justicia. Por el contrario, dirigentes de la oposición rechazan que Netanyahu evada la Justicia.
El líder del partido Yesh Atid, Yair Lapid, argumentó que sin “una confesión de culpabilidad y una renuncia inmediata a la vida política” de Netanyahu el presidente no puede indultarlo. También Yair Golan, del partido Los Demócratas, dijo que “sólo el culpable pide el indulto”.
El presidente Herzog reconoció en un comunicado que la solicitud de Netanyahu “está generando un debate” y dijo que al tomar una decisión al respecto sólo considerará “los intereses del Estado de Israel y de la sociedad israelí”.
Además de enfrentar acusaciones en su país, Netanyahu es investigado por la Corte Penal Internacional, cuyo fiscal adjunto, Mame Mandiaye Niang, llamó este lunes a los países a cumplir con las órdenes de arresto emitidas por esa fiscalía. Entre ellas, se encuentra el pedido de arresto de Netanyahu y el del exministro de Defensa Yoav Gallant. “Ejecutar órdenes de arresto, compartir información y proteger testigos no es un acto de generosidad: son obligaciones jurídicas esenciales para la credibilidad del sistema de justicia”, advirtió.
Mientras tanto, Trump, presidente de un país que no aceptó formar parte del sistema de la Corte Penal Internacional y que ha recibido varias veces a Netanyahu sin tener en cuenta esas órdenes, lo invitó a reunirse en Washington próximamente. Los dos gobernantes conversaron este lunes por teléfono sobre “la ampliación de los acuerdos de paz” referidos a la Franja de Gaza, que no han avanzado, y Trump llamó a Netanyahu a mantener un “diálogo firme y de verdad” con el gobierno del presidente de Siria, Ahmed Al Sharaa.
El viernes, Israel atacó a ese país: militares ingresaron a la localidad de Beit Jinn, en una incursión que dejó 13 muertos y decenas de heridos.