El presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, dijo que “las cuestiones ideológicas que causaron división durante las elecciones pasan a ser secundarias” a partir del momento en que un funcionario ocupa un cargo de gobierno. El mandatario se expresó de esta manera en la mañana del lunes, cuando se reunió en el Palacio de Planalto, en Brasilia, con los nuevos presidentes del Senado y la Cámara de Representantes, Davi Alcolumbre y Hugo Motta.

Alcolumbre, líder del partido União Brasil, y Motta, del sector Republicanos, fueron electos por amplio margen para ejercer sus cargos en una votación realizada por el Parlamento.

Ambos políticos son representantes de partidos que integran lo que en Brasil se denomina centrão, que es un grupo de partidos sin una definición ideológica clara, aunque más tendientes a la derecha que a la izquierda, pero que lo que buscan es tener una relación cercana con los ejecutivos de turno para acceder a cargos o viabilizar iniciativas propias.

De hecho, en la votación del sábado, los centristas Alcolumbre y Motta tuvieron el apoyo de 12 sectores, entre ellos el Partido de los Trabajadores, de Lula, y el Partido Liberal, que lidera el expresidente Jair Bolsonaro.

Minutos después de la elección de Alcolumbre, Lula lo felicitó con un mensaje en el que dijo que caminarán “juntos en la defensa de la democracia y en la construcción de un Brasil más desarrollado y menos desigual”.

El mandatario hizo lo mismo horas después cuando fue electo Motta. “Estoy seguro de que avanzaremos aún más en esta exitosa asociación entre los poderes Ejecutivo y Legislativo, hacia la construcción de un Brasil cada vez más desarrollado y más justo, con responsabilidad fiscal, social y ambiental”, escribió.

“Cuando estás gobernando, cuando estás ejerciendo tu mandato, la cuestión ideológica que divide durante las elecciones pasa a ser secundaria. Y lo que es prioritario son los intereses del pueblo brasileño”, afirmó Lula este lunes en su encuentro con los legisladores.

Según lo que consignó el diario Estado de San Pablo, Lula dijo que no enviará ningún proyecto a la cámara o al Senado sin el “consentimiento” de los líderes de ambas cámaras del Congreso.

“Nunca enviaremos un proyecto sin el consentimiento de quienes trabajan para que las cosas funcionen en Brasil. Estaré apoyando su éxito, porque su éxito será mi éxito y el de Brasil”, afirmó el mandatario.

Lula remarcó que Motta y Alcolumbre “no tendrán ningún problema en la relación política con el Poder Ejecutivo”, tomando así distancia de lo que fue su vínculo con el saliente presidente de la Cámara de Representantes, Arthur Lira, del derechista Partido Progresistas, con quien tuvo fuertes discrepancias.

“Nunca enviaré al Senado o a la cámara un proyecto que sea de interés personal para Lula o un partido. Todos los proyectos que presentaremos serán de vital interés para el pueblo brasileño. Estoy convencido de que, dentro de dos años, cuando estemos juzgando mi mandato y el de ellos dos, podremos constatar con mucho orgullo que la democracia se ha restablecido plenamente en nuestro país. Estoy seguro de que nuestra convivencia será plena, un ejemplo para el futuro y para quienes hoy son parte del presente y no quieren entender la necesidad de la convivencia democrática”, enfatizó el presidente.

Con su popularidad en un momento bajo, Lula se juega mucho en estos dos últimos años de gobierno, por lo que apuesta a una buena convivencia con el Parlamento.

En la nueva administración, los líderes de la Cámara de Representantes y el Senado tendrán el desafío de equilibrar los intereses de sus sectores y de los partidos del centrão en general, pero a la vez de continuar los proyectos económicos del gobierno de Lula, al mismo tiempo que deberán ofrecer respuestas a los bolsonaristas, que quieren sacar adelante en el Legislativo cuestiones como la amnistía para los golpistas del 8 de enero y la iniciativa de enjuiciar a ministros del Supremo Tribunal Federal.