Líderes de ultraderecha de Europa y de otras regiones cerraron filas detrás de la dirigente francesa Marine Le Pen, condenada este lunes por malversación de fondos del Parlamento Europeo.

“Je suis Marine”, dijo desde su cuenta de X el primer ministro de Hungría, Viktor Orbán, copiando la consigna “Yo soy Charlie”, con la que miles de personas se solidarizaron con el equipo de la revista de humor francesa Charlie Hebdo después de que varios de sus integrantes fueran asesinados en un atentado yihadista en 2015.

Le Pen fue condenada como líder de una trama que utilizó para otros fines los viáticos y partidas para contratar asesores que entregaba el Parlamento Europeo a los representantes de su organización política, ahora llamada Agrupación Nacional.

Según la Justicia, el partido de Le Pen utilizó esos recursos para pagar los sueldos de integrantes de su estructura y no para los fines a los que estaban destinados. La dirigente anunció que apelará la sentencia, que incluye una pena de cuatro años de cárcel y cinco de inhabilitación para ocupar cargos públicos.

Una de las figuras que se solidarizaron con Le Pen fue el multimillonario Elon Musk. En su cuenta de X, la red social de la que es dueño, dijo que la condena debe leerse como “un abuso del sistema legal” que suele hacer “la izquierda radical” cuando llega al poder. Dijo que esto es algo que ocurre en “todo el mundo”.

Además de Musk, que es parte del gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, se refirió a este tema la portavoz del Departamento de Estado, Tammy Bruce, que recordó palabras dichas en febrero por el vicepresidente JD Vance: “La exclusión de personas del proceso político es particularmente preocupante dada la agresiva y corrupta guerra legal contra el presidente Trump”.

También el portavoz de la presidencia rusa, Dmitri Peskov, se refirió a la condena y, aunque aclaró que no quiere interferir en asuntos internos de otros países, dijo que “cada vez son más las capitales europeas [los gobiernos] que siguen el camino de pisotear las normas democráticas”. Le Pen, al igual que otros líderes de la extrema derecha europea, mostró sintonía con el presidente de Rusia, Vladimir Putin, en más de una ocasión.

Dentro de la Unión Europea, Le Pen tuvo un fuerte respaldo de la bancada ultraderechista del Parlamento Europeo que integra Agrupación Nacional, llamada Patriotas por Europa. También integran este bloque el Fidesz de Orbán y La Liga del italiano Matteo Salvini.

“Los Patriotas por Europa apoyan plenamente a Marine Le Pen contra la alarmante deriva autoritaria en la Unión Europea. La persecución política de voces opositoras es inaceptable en cualquier democracia verdadera. Condenamos con fuerza estas tácticas represivas para silenciar a la oposición”, declaró la bancada.

Algunos de los dirigentes de partidos europeos de extrema derecha, como Salvini, que ocupa el cargo de vicepresidente del consejo de ministros de Italia, expresaron su apoyo a la dirigente francesa.

“Lo que está ocurriendo contra Marine Le Pen es una declaración de guerra por parte de Bruselas en un momento en que los impulsos bélicos de [la presidenta de la Comisión Europea, Ursula] von der Leyen, y [el presidente francés, Emmanuel] Macron, son aterradores. No nos dejemos intimidar, no nos detendremos, ¡a toda máquina, amiga!”, manifestó Salvini.

“No conseguirán callar la voz del pueblo francés”, dijo a su vez el español Santiago Abascal, líder del partido Vox, también de ultraderecha, sin aclarar si se refería a los jueces. Consideró la decisión judicial “increíblemente severa”, según citó el diario Libération, y agregó que está convencido de que Le Pen será presidenta de Francia.

Desde Brasil, el expresidente Jair Bolsonaro dijo a la agencia Reuters que la sentencia responde al “activismo judicial de izquierda” y agregó: “Donde sea que la derecha esté presente, la izquierda y el sistema van a trabajar para dejar a sus oponentes fuera de juego”.

Desde la agrupación de izquierda Francia Insumisa, de Jean-Luc Mélenchon, también llegó una crítica a la situación judicial de Le Pen. Para el dirigente, “la decisión de destituir a un cargo electo debería ser del pueblo”.

Mélenchon se jactó de que su partido “nunca ha tenido como manera de actuar utilizar los tribunales para deshacerse de Agrupación Nacional. La estamos combatiendo en las urnas y en las calles, a través de la movilización del pueblo francés”, dijo. Por otra parte, consideró que los hechos de los que se encontró responsable a Le Pen son “particularmente graves”.